C O N T R O L | J. YUNHO

-04-

"FOUR"

HAE-IN.

Dejo los dos paquetes de samgak-gimbap y la botella de bananamilk sobre el mostrador, el señor que atiende me da una mirada de pies a cabeza para nada discreta, y comienza a cobrar las cosas luego de formar una mueca.

Si señor, me veo de la mierda, ya lo sé.

ㅡ Son cuatro mil cuatrocientos wones. ㅡsaco un billete de cinco mil algo arrugado de mi pantalón y se lo doy.

ㅡ Quédese con el cambio. ㅡdigo pesadamente antes de tomar las cosas y salir de la tienda.

De camino a la parada del autobús abro uno de los paquetes y lo como lentamente, sentía pereza hasta para masticar. Hoy había decidido no asistir a clases, me sentía tan cansada como para forzar a mi cerebro a trabajar por seis horas, pero mis planes de reponer el sueño perdido de toda la semana pasada habían fracasado, y fué un gasto innecesario comprar pastillas para lograrlo, aquel ente acosador sobrepasaba todos los límites y seguía viéndolo en todas partes.

Fué tonto creer que algo tan mundano como los medicamentos me liberarían de un tormento sobrenatural, algo fuera del entendimiento humano.

Había estado pensando en el trato que Yunho ofreció, y aunque parecía inofensivo y muy conveniente para mi, la parte racional de mi cerebro gritaba que nada bueno podría salir de hacer un pacto con el Diablo. Pese a que nada bueno estaba sucediendo ya. No sabía que hacer, ¿que era lo mejor? Desearía poder consultar todo esto con Ji-won, pero seguía en casa de sus padres, y de hecho jamás le contaría lo que está pasándome, no tengo idea de como eso podría perjudicarla a ella y no me arriesgaría a averiguarlo.

Fué el fin de semana más largo y tortuoso que haya vivido, y tampoco me atreví a volver al museo, si bien Eun-bin me "cubrió" con lo que pasó con aquella pobre niña, yo simplemente no quería volver y arriesgarme a que algo así volviera a pasar, o algo incluso peor. Para volver a mi vida cotidiana, primero debía deshacerme del maldito demonio acosador de las monedas.

Tiro las envolturas de comida y la botella vacía de leche a un contenedor de basura, y al elevar la mirada, me dan náuseas al ver una catedral al otro lado de la calle.

ㅡ Ni pensarlo. ㅡmurmuro antes de darme vuelta, y casi se me detiene el corazón al encontrarme de frente con alguien.

ㅡ Es tarde. ㅡmenciona con el ceño fruncido mientras me hace un escaneo con la mirada de pies a cabeza.ㅡ ¿Qué haces por aquí? Está bastante alejado del centro.

En dónde yo vivo.

Suelto un largo suspiro, intentando apaciguar mi acelerado corazón, además, creo que mi sistema nervioso está roto, sentía que en cualquier momento caería inconsciente debido a tanto estrés y malestar. No me sorprendería tener un colapso en cualquier momento.

ㅡ Solo daba un paseo... ㅡrespondo vagamente.ㅡ ¿Vives cerca?

Han me mira en silencio por un rato, luego asiente y emite un 'mhm' con la garganta como única respuesta.ㅡ No fuiste a clases, y luces peor que la última vez que te ví, ¿estás enferma o te drogas?

ㅡ tsk... estoy bien, solo no han sido días fáciles. ㅡmiro a mi alrededor, y recién caigo en cuenta de que no tengo la menor idea de dónde estoy y como llegué hasta aquí en primer lugar.ㅡ ¿Y la parada de autobús?