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"FIVE"

































Hae-in da vueltas sobre la cama cuándo comienza a despertar, y al ir recuperando la consciencia, abre los ojos de golpe y se sienta sobre el colchón, cuestionando también como llegó ahí. Sale de la cama y luego de estirar sus extremidades se dirige a la sala, todo estaba en órden, incluso la daga estaba sobre la mesa dónde recordaba haberla dejado luego de hacer el trato con Yunho.

Con el ceño fruncido se acerca a tomarla y, al no ver su celular por ningún lado, enciende el computador y casi se le va el alma al notar que han pasado dos días desde aquella noche.

Había estado dos días prácticamente inconsciente, pero ahora su energía estaba repuesta, no había ni un rastro de cansancio en ella, ni miedo o nervios. ¿Finalmente todo había terminado?

<<Solo te costó un pacto con el jodido rey del infierno>> Se acusó a si misma.

Unos toques en la puerta del apartamento la sacan de su trance, y se acerca para abrir, confundiéndose al ver del otro lado a un chico totalmente desconocido con un montón de bolsas en ambas manos.

ㅡ Ah, ya estás despierta. Bien, me ahorraste esa parte por hoy, gracias. ㅡmenciona antes de hacerla a un lado y entrar. Ella lo sigue escandalizada de tener a un desconocido en su casa y observa como deja las bolsas en la isla de la cocina.

ㅡ Quien rayos eres y que...

ㅡ Wooyoung, el gran señor me envió para cuida- vigilarte... estoy aquí para vigilarte. ㅡse corrige con un tono de reprimenda a si mismo.

Hae-in frunce el entrecejo.ㅡ ¿El gran... qué rayos?

ㅡ Ah cierto, tú lo conoces cómo Yunho. ㅡexplica vagamente.

Si conoce a Yunho, y él lo envió, ¿significa que...?

ㅡ Eres un demonio. ㅡtermina sus pensamientos en voz alta, aunque más para si misma, pero siendo perfectamente escuchada.

ㅡ Si, pero no te confundas, aunque estoy aquí de niñera, en realidad soy uno de los siete. ㅡdice engreídamente. Sube las mangas de su hoodie y comienza a hurgar entre las cosas que había traído con él.ㅡ Quizá por eso me envió, soy el mejor para lo que sea.

ㅡ ¿Los siete? ㅡpregunta ignorando gran parte de lo que el demonio dijo, casi hasta podía sentir el orgullo desbordar de cada palabra.

ㅡ Ya sabes, los siete pecados. ㅡmenciona con obviedad sin siquiera mirarla, estaba más concentrado en desempacar el contenido de las bolsas en lugar de dar las debidas explicaciones que la chica merece y necesita.

Ella suspira, cansada de regresar al principio con su situación.ㅡ No es verdad...

El demonio que anteriormente se había presentado como Wooyoung, deja de lado las carnes frías y se gira hacia Hae-in, la observa de pies a cabeza y su mirada se detiene en la Daga que sostenía con su mano izquierda, parecía que inconscientemente se aferraba a ella.

ㅡ ¿Cómo se siente? ㅡHae-in sale de su ensimismamiento y lo mira confundida, él señala la Daga y ella se estremece al mirarla, no había notado que aún la sostenía.ㅡ Es la primera vez que la veo, solo había escuchado de ella... pero vaya que es muy fea.

ㅡ Claramente no sabes apreciar una reliquia. ㅡmurmura aún observando el objeto de conversación. Desde la primera vez que la vió, hasta éste momento y a pesar de todo lo que a causado, esa Daga le parecía extraordinaria a Hae-in, cada detalle en ella era magnífico -más allá del inmenso poder que poseía al lograr influir sobre el Rey demonio- y no soportaba no saber nada sobre su historia. Era como darle un chocolate a un niño y prohibirle comérselo.

C O N T R O L  |  J. YUNHOWhere stories live. Discover now