C O N T R O L | J. YUNHO

-09-

"NINE"

Hae-in observa la gran pantalla de anuncios en uno de los edificios, y no evita soltar un involuntario suspiro de aburrimiento ante el avance que se mostraba sobre una película. En comparación a lo que ella había estado experimentando últimamente, eso se veía como un estúpido chiste.

ㅡ ¿Basada en hechos reales? ㅡYunho a su lado también observa la pantalla, molesto e indignado.ㅡ Por favor, tengo cosas más importantes que hacer, poseer a un niño no es una de ellas.

La chica lo mira, y de reojo observa que las personas pasando junto a ellos igual lo miran cada tanto, algunos con fascinación, otros curiosos y unos cuantos con algo de miedo o respeto. No los culpaba, era un hombre muy bien parecido que hasta cierto punto desprendía un aura de elegancia y poder con cierta brusquedad. Si Hae-in no supiera quien es en verdad, y lo hubiese topado en la calle, definitivamente creería que se trata de alguien importante en el país. Y ese tipo de personas suelen llamar la atención, especialmente en una parada de autobús.

No precisamente estaban en la espera de dicho transporte, en realidad, Yunho le había hecho a Wooyoung el pedido de conseguirle un auto, así que ahí estaban, esperando al otro demonio.

Se preguntarán el motivo de todo ésto, y es que si bien Hae-in ya no ha experimentado sustos sobrenaturales que amenacen con detener su corazón para siempre, y aunque medianamente su vida se ha ido tornando un tanto más normal -no como antes pero ya estaba un poco más tranquila con su "nueva vida"-. Durante los últimos días la chica había notado a unas cuantas personas observándola más de lo normal, incluso ya reconocía a algunas debido a que las veía en todas partes, como si estuvieran siguiéndola, pero no se acercaban a más de un metro de distancia a ella, y eso la tenía de los nervios. Lo soportó los primeros dos días, dudando en si era algo que valiera la pena comentarle a Yunho, pues por un momento creyó que se trataba de algunos de sus demonios "cuidándola". Pero cuándo él mismo se apareció en su apartamento diciendo que había detectado la presencia de ángeles rondando cerca de ella, casi se vuelve loca, una cosa era aceptar que convivía con el Diablo, a quién podía controlar con una Daga, y que uno de sus compañeros de la universidad era un ángel caído -tema que aún seguía sin confrontar, pues Han ya no se había aparecido en la escuela, ve tú a saber como iban a terminar el proyecto que tenían-, pero otra cosa muy distinta era aceptar que ahora había ángeles siguiéndola. Eso de alguna forma la asustaba más.

Así que Yunho no se había despegado de su lado desde entonces, y en los últimos cuatro días la había estado acompañando silenciosamente a todas partes, como una sombra, hasta hoy que decidió hacer presencia física, ofreciéndose a llevarla a la escuela.

Fué extraño, pero Hae-in lo aceptó. Ya había aprendido que era inútil ponerse a renegar con él, y decidió nunca usar la Daga con él, realmente porque no quería usar la Daga en si, se sentía muy mal luego de usarla para doblegar su voluntad, y odiaba eso así que solo no la usaba.

ㅡ ¿Pero alguna vez lo has hecho? ㅡpregunta finalmente ella, el demonio gira la cabeza hacia ella y la mira en silencio, sabe a lo que se refiere, pero igual quiere que sea más específica con sus palabras.ㅡ ¿Has poseído a alguien?

ㅡ Jamás. ㅡresponde firmemente.ㅡ Ya tengo éste recipiente, no me interesa invadir otros cuerpos.

ㅡ ¿Recipiente? ㅡel rostro de Hae-in se contrae en confusión al no entender de lo que habla.

Yunho sonríe ladinamente con diversión, gira su cuerpo hacia ella y suspira con humor.ㅡ No creerás que ésta es mi verdadera forma, ¿o si?

Al comprender un poco más sus palabras, la chica abre los ojos en grande y su boca se abre y se cierra sin saber exactamente que decir al respecto, soltando bajos balbuceos que solo ayudan a mantener el buen humor del demonio.