Un mes entero ha pasado. Ayudar a Crystal con el negocio ha sido nuestra mayor fuente de entretenimiento. Escabullirnos en su casa, crear una nueva cuenta bancaria, mover su vagón, crear publicidad para que las personas lleguen y sigan consumiendo... Me he sentido como una super espia, aunque la mayor parte del trabajo lo hicieron Luca y Blake. Ambos moviendo sus contactos y cobrando un par de favores. Al final, lográmos con éxito el objetivo, salvar el negocio. Por esta razón, hoy nos reunimos en casa de Luca a festejar. La navidad está a la vuelta de la esquina, así que nos ponemos a decorar la casa mientras bebemos vino, comemos postres de Crystal (ningúno mágico) y ponemos música de Michael Bublé. Stella prepara ponche, Blake intenta desenredar las luces junto a Crystal, Luca y yo escogemos las decoraciones. Ambos tomamos al mismo tiempo un ornamento, cuando lo levantamos, resulta ser un muérdago. Luca sonríe con picardía a la vez que lo levanta sobre nosotros.
-Creo que en nombre de la tradición me debes un beso.
-Yo no soy de seguir mucho las tradiciones.
-Pero por mí puedes hacer la exepción.
Niego con una enorme sonrisa surcando mi rostro, luego le planto un beso. Él sostiente mi rostro con su mano libre para retenerme un tiempo más sobre sus labios.
-Feliz navidad y que vivan las tradiciones.
-Eres un tonto.
Seguimos en eso hasta que Cam y Michael llegan con la cena, una muy navideña por cierto.
-¡Llegó la pizza! -anuncian al entrar por la puerta.
Todos corren y acaparan sus porciones, después nos sentamos en el salón y hablamos de tonterías.
-Quiero hacer un brindis -dice Blake luego de que todos ya se han acabado sus pedazos de pizza. Luca trae más copas de vino al mismo tiempo. -Gracias a todos los presentes, hemos logrado que los sueños de nuestra persona favorita se hagan realidad por segunda vez... -es la primera vez que lo escucho hablar tan serio, aunque su sonrisa tan característica nunca abandona su rostro. -Y quiero brindar por ello, por tomar riesgos, por seguir nuestros propios caminos. La vida es un riesgo, una aventura, depende de nosotros si escogemos la comodidad o la felicidad. Salud.
Todos levantamos y chocamos nuestras copas. Crystal observa a Blake con los ojos llorosos y una inmensa sonrisa, conmovida por sus palabras. Algo dentro de mí se mueve, pero no de la forma que esperaría, pues este discurso suena a Luca cada vez que me motiva a tomar riesgos y a disfrutar de la vida sin pensar en lo que los demás puedan decir.
Retomo la tarea de decorar el árbol en busca de distraerme lo suficiente. Tomo las tórtolas, las observo con curiosidad.
-Si mal no recuerdo, las tórtolas son símbolo del amor-dice Luca a mi espalda, reposando su mano en mi espalda baja.
-¿De dónde sacaste eso? ¿De mi pobre angelito?
-Obviamente que sí. Una obra maestra cinematográfica. Quédate con una. -saca la tórtola del árbol y la tiende en mi mano, sin aceptar discusión alguna...
Lo próximo que sé es que ya es de noche. Blake y Crystal, ambos pasados de copas, cantan kareoke de canciones navideñas. Su rendición de "All I Want For Christmas" es criminal. Una rareza que las copas no se hayan roto en mil pedazos con sus gritos poco melódicos.
En mi mente sin embargo hay un remolino de emociones, tal vez por la última copa de más, tal vez porque desde el día de la primera cita no he parado de pensar en que riesgos vale la pena tomar. Angelo se ha vuelto más distante de lo normal desde aquel día. He intentado hacer las pases, pero me ha dejado muy en claro que sigue molesto conmigo. También está el asunto de mis padres, que aunque creen que estoy con Brad, se han vuelto un tanto paranóicos desde que Luca los saludó la última vez que cruzamos caminos. Me he planteado al menos unas veinte veces en esta semana decirles. Confesarles la verdad y acabar con la farsa, pero cada que lo pienso recuerdo la amenaza. Enviarme a estudiar lejos sería lo peor para mí. Ya hice nuevos amigos. Tengo a alguien que me quiere con locura y los tengo a ellos. Todos relativamente felices, ¿no? Ese no, es por mí. Se supone que esté feliz, pero hay una espina dentro de mí que no me deja respirar. Cada vez que siento que voy a explotar de felicidad recuerdo que con una sola sonrisa fuera de lugar lo voy a perder todo. Lo pierdo a él. Pierdo a mis padres. Pierdo a mi hermano, a mis amigos. Literalmente todo.
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Otra historia de amor
RomanceEn la vida todos tenemos alguna meta. Algunos quieren dinero, otros viajar por el mundo. Algunos quieren el amor, pero Cecilia lo único que quiere es ser el orgullo de sus padres. Quiere que cuando estén en reuniones de negocio no solo presenten a s...