Otra historia de amor

Te amo, lo siento.

Tocan la puerta de mi habitación, por un momento, me doy el lujo de pensar que es Angelo. Que viene a disculparse y a darme otra oportunidad, pero sé que no es él, pues normalmente no toca la puerta, y si lo hace, es porque ya va la mitad abierta. En este caso, la voz de mi mamá es la que sale atravez de la puerta.

-Entra... -murmuro, pues como quiera iba a entrar si no le respondo.

-Cecilia... -me observa con menos frialdad que en otras ocaciones, lo que significa que, a) me va a dar una mala noticia y se está preparando para mi reaccion o, b) va a darme una buena noticia y es por eso que su rostro no carece de alguna emoción. No hay ningún punto medio. -Me he enterado de lo de Brad...

Se me acelera el pulso al escuchar eso, pero es que sería imposible que pueda enterarse. Ni siquiera Angelo sabe del trato.

-No es justo que te haya pasado todo esto -mi rostro lleno de confusión debe delatarme -No te hagas la que no sabe. Sus padres me contaron todo.

-¿Qué te dijeron exactamente?

-Que Brad te usó como tapadera y tú no tenías ni idea de que eras "la otra chica"

-Ahh -eso no fue lo que Brad me dijo que les diría, pero supongo que es mejor hacerme la victima en este caso, pues todas las miradas siempre iran hacia Brad siendo un traicionero y no hacia mi siendo una cómplice. -No te preocupes ma, mejor me saco el peso de la relación de encima. Yo estoy bien, no te preocupes por mí.

-Bueno, yo creo que es mi trabajo como madre hacerlo. -Y de repente quiere ser la madre del año, que sorpresa. -Eso sí, no creo que nuestras compañías deban de romper lazos por la situación, por supuesto si te parece bien.

-Yo no tengo ningún problema. Mientras no me obligues a pasar el tiempo con él...

-No es de todo esto que vine a verte. Aunque me alegra que estés bien. De hecho, quería hablarte de tu roll en la compañía.

-Mamá...

-No es nada malo -se apresura a añadir. -Es más bien una idea que se me vino a la cabeza. Como sabes, aquí en la isla no hay tanto trabajo, por lo que tu trabajo designado siempre va a ser el de asistente. No me mal interpretes, cada empleo es importante, pero ninguna hija mía va a pasar el resto de su vida detrás de la sombra de su hermano. -Todo esto lo dice de forma atropellada, sin poder contener su alegría, a pesar de que su rostro sigue sin mostrar ni rastro de sentimiento.

-¿A qué quieres llegar?

-Tu padre y yo pronto nos retiraremos y Angelo no puede estar al pendiente de lo que ocurre dentro de la isla y fuera. Necesitamos a alguien en los Estados Unidos que pueda encargarse de todo, y yo creo que tú eres perfecta para la labor.

Mi mundo vuelve a derrumbarse una vez más, pues con castigo de mis padres o sin el, están ansiosos por enviarme tan lejos como sea posible, pero al mismo tiempo que la noticia me llena de ansiedad, algo e despierta dentro de mí. Mis padres confían en mí lo suficiente para dejarme el cargo. Están orgullosos de mí...

-No sé que decir -es mi unica respuesta.

-No tienes que decidir ahora, tómate tu tiempo y analiza, pero nada me haría más orgullosa que tener a mi hija como co-ceo de la compañía. -Entonces da con el clavo. La palabra mágica "orgullo" entra en la conversación, y todo mi esfuerzo durante los últimos años parece dar frutos.

Al irse, lo primero que pienso es en Luca. ¿Qué le digo si acepto? ¿Cómo se va a tomar la noticia? ¿Qué ocurrirá con nosotros una vez se acaben los tres meses y (en caso de que acepte) me vaya de la isla?

Por Dios. ¿Porqué todo es tan complicado? Como si fuera señal divina, Luca me escribe.

"Quieres salir esta noche"