Nunca se acaba

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No entiendo muy bien como las personas pasan de hablar todos los días con alguien a no hablar nunca más y salir de la situación sin sentir ni una pizca de sentimiento. Un mes sin hablar con él me ha dejado paralizada. No mensajes, no llamadas, no salidas. Ni siquiera me mira en las pocas ocaciones en las que coincidimos. Al contrario de lo que muchos puedan pensar, sé que su indiferencia no se debe a el olvido, si no a que al igual que yo, su escudo contra el mundo está más alto que nunca. En lo único que sé que Luca siempre va estar mejor es en los momentos de soledad. Pues mientras yo apenas puedo poner un pie afuera de la cama, Luca sale con nuestros amigos como si nada. Nadie sabe aún lo que ocurrió exepto Blake. Él me dijo que la excusa de Luca es que estoy de viaje de negocios, algo creíble considerando mi situación laboral.

En el último mes, no he llorado ni una sola vez. Simplemente doy vueltas en la cama, pensando, durmiendo e intentanto apagar mis sentimientos. Anhelando volver a estar entre sus brazos, sin embargo me conformo con abrazar la almohada. Salgo a trabajar, luego a estudiar, vuelvo aquí. Me salto las comidas, pues de pronto todo me da náuseas. Reviso todos los días nuestras fotos, las de la fiesta de Halloween, las que Blake nos tomaba en secreto, las de año nuevo... todo duele como esa noche, pero peor. Respirar cuesta. Moverme es una misión. Levantarme cada día sin ningún mensaje se ha convertido en la tragedia más grande. Iridesa regresó de su viaje, pero al tener que ponerse al día con su negocio, no ha tenido tiempo de hablar. Yo no he tenido ganas de llamar a nadie. No es como lo que está pasando sea fácil de entender para los que no tienen el tipo de padres que yo tengo.

Observo mi móvil, aún guardando esperanzas. Hago esto hasta quedar dormida y que alguna notificación de alguna aplicación aleatoria me despierte, exepto que esta vez no es casualidad.

"Te extraño" es lo único que dice el texto. Yo respondo con mis manos temblorosas.

"Deberías... yo también"

"¿Si te digo que no he podido dormir absolutamente nada desde que cortamos me hace ver desesperado?"

"Yo no como, tú no duermes, pero que bien."

"¿Desayunaste?"

"Ayunar es bueno para la salud"

"Dime que comiste algo en el almuerzo"

"El aire nunca ha tenido tanto sabor. Además almorzar está sobre valorado. El agua llena lo suficiente" no responde por unos minutos, pienso que ya reconsideró su decisión y decidió no volver a hablarme, pero luego envía una foto de una caja de pizza.

"Puedo pasar por ti en unos minutos, si no te importa, claro"

"No creo que sea buena idea"

"Vamos, tienes que comer"

No respondo nada, sé que va a llegar aquí como quiera.

Por más emoción que sienta, una parte de mi odia que me hable. Tanto tiempo, intentando olvidar sin exito, y cuando pienso que puede que haya oportunidad de continuar, reaparece. Tal vez nunca se fue del todo.

Llega como si nada, yo escapo por la ventana como siempre. Los latidos de mi corazón cada vez suenan con más fuerza a la vez que camino. Puedo ver su silueta. Dios cuanto lo extraño. Entro en su auto, sonrío al verlo. Él también lo hace. Me ofrece la caja de pizza, yo la acepto un poco más entusiasmada de lo que debería. Ambos tomamos nuestras porciones en silencio. La tensión es tan palpable que probablemente se puede cortar con cuchillo.

-Cecilia...

-¿Podemos comer en sin hablar? -respondo cuando rompe el silencio. Siento su decepción, pero no puedo permitir ninguna conversación que lleve a algo más.

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