El color del sol es dorado... quiero ser la araña que pica. El color de las lágrimas... recordando el pasado. El color del desmayo... la noche empieza... El color de la granada... te herí con una puñalada y desaparecí marchándome lejos.
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Cuando despertó Shoto se había marchado a trabajar, dejó la tarjeta y una nota con un «Te amo» sobre la mesa de noche.
Apretó los labios buscando fuerzas para levantarse de la cama e ir a la cita del vestido de novia.
Antes de salir realizó una llamada.
—Disculpa por llamarte de la nada.
»Descuida, es una mañana floja de todos modos.
—¿Tienes tiempo?
»Siempre tengo tiempo para ti bombón.
—Iré a probarme vestidos con Yumi Katsura.
»Lo tengo, estaré ahí en treinta minutos.
Soltó un suspiro, por fortuna podía contar con su amigo, él era alguien que seguramente tendría mucho para decirle.
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Al llegar a la tienda entró sin mucho ánimo, hace días eso le hacía ilusión pero ahora tenía incertidumbre.
La dependienta le invitó a sentarse extendiendo algunos catálogos y preguntando por sus preferencias, luego simplemente se marchó para buscar los vestidos que le pudieran resultar de interés a su clienta.
—Mi despedida de soltera es pasado mañana— una mujer habló junto a ella, se veía feliz acompañada por sus amigas.
—¿Tú también quieres una despedida?— el hombre le cuestionó antes de tomar uno de los catálogos —Este resaltaría tu culo— apunto a uno de corte sirena.
La mujeres del otro grupo le lanzaron una mirada ¿No era ese el héroe que todas se querían follar por su enorme atributo?
—Gracias por venir, Mineta-chan— intentó sonreír pero tenía tantas dudas que era notoria su incomodidad.
