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Aún se sentía aturdida, había un zumbido molesto en sus oídos y la cabeza la tenía echa un lío.
—Fuiste imprudente— Enji dio un discurso de todo lo que hizo mal pero parecía que ella no escuchaba en lo más mínimo —¿Entendiste?
Su mirada se quedó fija en un punto en la pared «¿Qué carajo fue eso?» no podía sacarse esa pregunta, todo fue tan real que incluso aún le dolían los recuerdos.
—Ai— Shoto colocó la mano en su hombro —¿Estás escuchando?
—Soy una estúpida imprudente de mierda— giró la cabeza para ver a su suegro —¿Es eso?— en realidad no tenía tolerancia en ese instante.
Los héroes se miraron los unos a los otros ¿Acaso se golpeó la cabeza?
El mayor se cruzó de brazos lanzándole una mirada fría, sacarla de Tailandia en un jet privado fue un acierto, su nuera actuaba extraño y lo hacía pensar que alguien la hipnotizó —Esperaré el reporte detallado, trabaja en ello— aclaró antes de marcharse.
—Por tu culpa casi sucede una tragedia— Kyoka habló duramente —Pedir refuerzos cuando la situación estaba bajo control fue simplemente una tontería— Se dio la vuelta marchándose junto a Momo.
Bakugo y Midoriya se miraron de reojo, en realidad no sentían que su presencia fuera necesaria y más que eso, para ambos resultaba estúpido debatir por algo que a fin de cuentas resolvieron.
—Todoroki-kun, nos retiramos— anunció Deku.
—¡No hables por mi escoria!— se quejó saliendo primero de la habitación, lanzó una mirada atrás donde esa mujer ciega se encontraba en la cama de hospital y la cara redonda a su lado.
—Yo también debo irme, tengo mucho trabajo— Shoto por su parte lanzó un suspiro, era molesto perder el tiempo en el hospital.
—¿No puedes quedarte un poco más?— pidió mirándolo con ojos de súplica —Me gustaría hablar contigo.
—No, hablemos después, lo que sea que vas a decirme no es tan urgente como salvar vidas— salió antes de que ella pudiera decir algo más, le fastidiaba cuando se ponía en esa posición de víctima.
—Tranquila— Uraraka la tomó del brazo —¿Qué fue lo que pasó?
—Lo lamento, solo fue un error. Un error muy grande— prefería no decir nada, no tenía forma de probar algo de lo que pensaba y sería considerada una loca.
—Bien— la castaña le regaló una gran sonrisa —Todos cometemos errores así que no te preocupes, te ayudaré con el informe.
