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-¿Habéis visto a Naiara?

Salma asintió.

-Estaba cambiándose.
-¿Cambiándose?
-Sí, va a salir de fiesta con Lola Lolita.

-¿No se viene a Andorra con nosotros?
-Nop.

Lucas sin dudar, corrió hacia los camerinos.

Abrió sin llamar y se encontró a una Naiara a medio vestir.

Cerró y no pudo evitar que sus ojos se centraran en el valle entre sus senos.
Solo tenía puesto el sujetador y una falda bastante corta para su gusto.

-¡Lucas! ¡¿Se puede saber que haces aquí?! -Se cubrió con el top que tenía entre las manos. -¡Largo!

Lucas negó.

-Esta vez no pienso hacerlo. Tenemos que hablar.
-No quiero hablar contigo y menos así. Tengo exactamente 20 minutos para terminar de prepararme.
-Okey, hacelo. Mientras hablamos.

Naiara bufó pero se colocó el top y se sentó frente al tocador.

-Bien, habla de una vez.

Comenzó a maquillarse y Lucas inspiró hondo.

-¿Por qué no te venís a Andorra?
-Porque tengo mucho curro, ya lo dije.
-No te creo, boluda.
-Ese no es mi problema.

-¿Podés dejar de ser así conmigo?
-¿Así? ¿Así cómo?
-Fría, distante, seca. Vos no eras así conmigo.

-¿Qué creías, Lucas?¿Qué iba a ser una imbécil ilusa toda mi vida? Pues no, ya me he cansado de toda esa mierda.
-Vos no eras una imbécil ilusa. Eras mi Nai.
-Yo no soy nada tuyo.

Lucas se acercó y se sentó junto a ella.

-Mirá, yo sé que no me he portado bien.
-Vaya, pues menos mal.

-Pero vos sabés que lo que siento por vos es sincero y real. Solo necesito...
-¿Tiempo? Pues yo me he cansado de dártelo.
-Nai...

-No, Lucas. Estoy harta de llorar por tí. Y si me quisieras, me dejarías en paz sabiendo todo el daño que me has causado.
-No me podés pedir eso.
-Lo estoy haciendo. Por el bien de nuestros compañeros seremos cordiales, no les vamos a joder la gira.

-¿Cordiales?
-Sí, cordiales. Pero en cuanto se acabe, tú por tu camino y yo por el mío.
-Entonces, ¿tampoco seremos amigos?
-No sé tú, Lucas. Pero yo no puedo ser tu amiga, me duele demasiado. Quizá algún día.

Lucas se incorporó sintiendo las lágrimas formándose en sus ojos.

-Vale.

Se fue casi corriendo y sintiendo su corazón haciéndose añicos.

***

-¡Lucas, mi amor!

Claudia se abalanzó sobre él para abrazarlo y dejar un beso en sus labios.
Lucas apartó la cara para que los labios de Claudia impactaran contra su mejilla.

-¿Me acabas de hacer una cobra?

-Necesitamos hablar.
-Sabía que este día llegaría. Te has enamorado de ella, ¿verdad? Te has enamorado de Naiara.

Se sentaron en un barco cercano que había a la sombra.

-Lo siento. -Sollozó Lucas.

Claudia negó.

-Está bien, Lucas. No pasa nada.

Lucas la miró confundido secándose las lágrimas con los dedos.
Jamás habría esperado esa reacción.

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