Un Jugador De Kendo Deprimido Posee A Un Aristócrata B*stardo

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(AVISO: ESTA NOVELA ESTÁ TRADUCIDA POR UN TRADUCTOR, CUANDO TENGA CORRECCIÓN, SE SACARÁ ESTE MENSAJE. SI LEEN, DEBEN ENTENDER QUE HABRÁ POSIBLES ERRORES)

Capítulo 1 - Qué significa esto...

El dorado atardecer que iluminaba el mundo se había puesto.

Era el momento del día en que sólo quedaba la oscuridad, codiciando los débiles restos del sol.

Me quedé allí, contemplando el cielo donde había caído la cortina de la noche.

*Woooo...*

El viento invernal acarició mis mejillas.

Tuve que estremecerme por un momento a causa del repentino frío.

Mis piernas, suspendidas en el aire, temblaban ligeramente.

Mientras me tomaba un momento para recuperar el aliento y ahuyentar el frío, el paisaje nocturno de la ciudad se hizo visible a través de mi brumoso aliento.

Innumerables luces bailando maravillosamente.

Innumerables personas bailando alegremente dentro de ellas.

Por un momento, sentí una oleada de emociones complejas y me quedé mirando fijamente el paisaje, grabándolo en mis ojos.

"......"

Este paisaje era ahora el último para mí.

Pensando así, sentí una extraña sensación.

Por supuesto, debía ser un error.

Las emociones ya habían sido borradas de mí hacía mucho tiempo.

Bajé ligeramente la cabeza y miré hacia mis pies.

El vasto espacio vacío se extendía ante mí como si se burlara de mí.

'.....Si caigo desde aquí, puedo morir al instante'.

Un rascacielos de 20 plantas.

A pesar de ser la primera vez que subía a un lugar así, mi corazón estaba extrañamente entumecido.

No, me sentía más bien cómodo.

"Realmente ha terminado ahora...."

Era una sensación de alivio.

Tanto como el fuerte viento que me abrazaba.

Tambaleándome por un momento ante el paisaje vertiginosamente alto, di un largo suspiro y cerré los ojos.

Recuerdos de tiempos pasados destellaron brevemente a través de mi visión tranquilizadora.

"......"

Mi vida era como una sola espada.

Una espada afilada hasta el límite, que emitía un peligroso resplandor.

Sin conocer las emociones.

Sin ego.

Una muñeca viviendo cada día en duros entrenamientos y horarios.

Fue mi padre quien me empujó a una vida así.

-Sé el mejor, si eres mi hijo.

El día que cumplí doce años.

Eso me dijo mi padre.

Antiguo atleta de Kendo de talla mundial, quería que yo, su hijo, también llegara a lo más alto.

Era la codicia común de un padre.

...Pero había muchas partes distorsionadas para descartarlo como tal.