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Intento de asesinato de la Primera Princesa (4)

Genome, un ejecutivo de rango medio de los Buscadores.

Era un hombre inteligente.

La excepcional intuición de Genome y su pensamiento flexible habían contribuido significativamente a varias operaciones de la organización.

Reconociendo su valor, los Buscadores le nombraron comandante de esta misión de asesinato.

Para garantizar una respuesta tranquila incluso en situaciones urgentes.

Para asegurar el éxito del asesinato de la Primera Princesa.

Sin embargo...

"..."

La escena que se desarrollaba ante sus ojos hizo que incluso el ingenioso Genoma hiciera una mueca.

Los asesinos cuidadosamente seleccionados por los Buscadores.

Estos individuos, que podrían ser considerados de élite por derecho propio, estaban siendo cazados uno a uno.

Y por un solo chico, nada menos.

-¡¡Clang!! ¡Crackle...!

Fue una suerte que el chico hubiera perdido la cabeza.

Si hubiera poseído un juicio calmado además de su salvaje habilidad con la espada,

los operativos dentro de la barrera ya habrían sido aniquilados.

Genoma reorganizó su formación, adoptando una postura defensiva en la medida de lo posible.

Había cambiado su estrategia.

En lugar de tratar de lidiar con el feroz monstruo frente a ellos,

ganarían tiempo y esperarían a que cambiasen las tornas.

Después de todo, el tiempo estaba de su parte.

La duración restante del pergamino "Dominio absoluto" era, en el mejor de los casos, de cuatro minutos.

Si un solo operativo sobrevivía hasta que se desactivara la barrera, los Buscadores saldrían victoriosos.

Una vez liberados de la restricción de maná, un simple niño no supondría ninguna amenaza.

Rápidamente eliminarían al chico y luego capturarían y matarían a la princesa.

"Todos, esperen el mayor tiempo posible."

Genoma ideó el mejor curso de acción dadas las circunstancias.

Sin embargo, ese plan empezó a desmoronarse en cuanto se puso en marcha.

-Esos torpes ataques ya no funcionarán.

-¿Y qué bando está siendo actualmente convertido en carne picada?

-Ahora, sólo quedan tres...

El monstruo estaba recuperando el sentido.

Un frío intelecto se filtró en su manejo de la espada, que hasta ahora no había sido más que violento.

Sus pupilas nubladas irradiaban ahora una refinada intención asesina.

En el momento en que sus espadas chocaron,

Genome instintivamente supo.

"Voy a morir".

No había manera de que pudiera ganar.

A este ritmo, no durarían ni cuatro minutos, y mucho menos dos.

Estos magos, cuya única experiencia con espadas provenía de unas pocas sesiones de práctica, no eran rivales para este monstruo.

Un Jugador De Kendo Deprimido Posee A Un Aristócrata B*stardoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora