26

414 89 3
                                    

Primer Intento de Asesinato de la Princesa (5)

La batalla había sido feroz.

Como resultado, mi cuerpo estaba al límite de la fatiga.

No había un solo punto desde mis hombros hasta mis brazos y piernas que no estuviera sangrando.

En particular, el lado izquierdo de mi cara, lleno de cortes, se había agravado tanto que ya no podía sentir nada.

Me sentía a punto de perder el conocimiento y desplomarme en cualquier momento.

Pero me aferré desesperadamente a mis sentidos.

Porque todavía había algo que tenía que ver hasta el final.

"Uf... Muy bien. Vamos a tener una pequeña charla ahora, ¿de acuerdo?"

Me coloqué frente a Genoma, con la espada aún en la mano.

El bastardo se retorcía en el suelo, con ambas manos cortadas.

Apoyé el pie en su estómago para sujetarlo y le apunté con la espada a la garganta.

Genoma se rió de mis acciones como si fueran ridículas.

"Jaja, ¿vas a torturarme?".

"Sí".

"Entonces me temo que no tienes suerte. Desafortunadamente, mi cuerpo no puede sentir dolor".

"..."

Ahora que lo pensaba.

Había tal configuración.

Los Buscadores colocaban una sugestión en los operativos que desplegaban en las misiones.

Una sugestión que los hacía incapaces de sentir dolor.

Se suponía que aumentaba la tasa de éxito de sus operaciones y evitaba que sucumbieran a la tortura si alguna vez eran capturados.

"¿No sería mejor matarme y ahorrarse el esfuerzo?".

El cabrón tenía una sonrisa desagradable en la cara, pensando que se había apuntado un tanto.

Me mordí el labio y bajé la cabeza.

Para deshacer la sugestión sobre Genoma, había que recitar un encantamiento específico.

Naturalmente, ese encantamiento era un secreto muy bien guardado que sólo conocían los ejecutivos de los Buscadores, algo que los de fuera no tenían forma de saber.

El bastardo había aprovechado sutilmente este punto para burlarse de mí.

"¿Por qué no lo intentas si no me crees? Voy a morir de todos modos, así que no me importa".

"..."

Su actitud relajada hizo que mis ojos se abrieran de par en par.

Apreté los puños antes de darme cuenta.

Una vorágine de emociones crudas se agitaba en mi interior.

Finalmente, levanté la cabeza inclinada y...

"Pfft, pff... Puhahaha!!"

...estallé en carcajadas.

Como si acabara de oír algo increíblemente divertido.

No era una mueca nacida del asco, ni una risita nacida de la desesperación.

Era pura diversión sin adulterar.

"...?"

Genoma se limitó a fruncir el ceño ante mi reacción, mirándome fijamente.

Sus ojos parecían decir: "¿Se ha vuelto loco este chico?".

Un Jugador De Kendo Deprimido Posee A Un Aristócrata B*stardoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora