Un Jugador De Kendo Deprimido Posee A Un Aristócrata B*stardo

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Lo siento

La misma clase aburrida de siempre.

Parpadeé, escuchando a medias las palabras del profesor, que se derramaban como somníferos.

De nuevo, esta no era una clase cualquiera.

"...Así que, al enfrentarse a monstruos, lo más importante es evitar quedarse paralizado por la intimidación".

Fue increíblemente...

"Si te encuentras rodeado por un grupo de goblins, lanza con calma un ataque de amplio alcance para asegurar una ruta de escape, y basándote en el poder de ruptura de la vanguardia..."

Aburrido...

"El monstruo de mayor rango, el Minotauro, posee la fuerza de agarre suficiente para desgarrar rocas con sus propias manos. Por lo tanto, a menos que estés con miembros del grupo que tengan buena movilidad, se recomienda evitar acercarse a él..."

Clase.

"Haa..."

Bostecé, frotándome los ojos secos.

Esto es realmente agotador.

Parece que seguir el ritmo de las clases de la Academia no va a ser fácil.

Están enseñando sobre teorías y estrategias de monstruos, pero ¿cómo se supone que voy a saber algo de esto?

Bueno, lo sé gracias a los conocimientos de Raiden, pero...

Tengo que memorizar todo esto para los exámenes.

'¿No sería mejor aprender a través de la experiencia como en mi vida anterior...'

-¡Golpe!

Me abofeteé a mí misma por tener un pensamiento tan loco.

El dolor ardiente ahuyentó la somnolencia que me invadía.

Maldita sea.

No importa lo desconocido y agotador que sea este estudio..,

no es nada comparado con la vida diaria de ser golpeado y sufrir.

Pensar que quería volver a eso...

Que broma.

Nunca. No importa qué, no voy a volver a eso.

"Suspiro..."

Suspiré suavemente, frotándome la mejilla escocida.

Mientras organizaba aquellos terribles pensamientos y levantaba la cabeza para volver a mirar la pizarra....

"...?"

Me di cuenta de que la mirada del profesor estaba fija en mí.

No sólo el profesor, sino también los alumnos que me rodeaban me miraban.

Parece que el sonido de mi bofetada fue demasiado fuerte.

¿Habré calculado mal la fuerza?

Le hice al profesor, que me estaba mirando, un gesto que significaba que no pasaba nada y forcé una sonrisa incómoda.

Entonces, los ojos de todos los que me miraban se abrieron de par en par.

Ah, claro.

Esta sonrisa tiene un efecto petrificador.

Me di cuenta tarde de mi error y borré rápidamente la sonrisa de mi cara.

El profesor, que estaba a punto de decir algo, cerró la boca y tosió.