Capitulo 24

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¿Alguna vez han sentido esa desesperación de querer meterse en la cama sin ropa? Eso era justo lo que me estaba ocurriendo. Me sentía con una inherente necesidad de llevar a este hombre a la cama sin ropa y frotar nuestros cuerpos hasta el amanecer.  ¡Carajo!

Sus besos resultaron tan apasionados que, sin mentir, en tan solo dos besos mi cuerpo se había sobrecalentado. Maldita sea. Sentía que recorríamos toda la habitación sin siquiera mirar, y si tenia que tropezar en algún momento pedía que fuese en algo blando.

El suelo fue el primero en recibirnos cuando tropecé con mi mismo pie, nos miramos asustados por un momento pero casi de inmediato volvimos a reír, los besos se volvieron menos desesperados y mas lentos, como si quisiésemos disfrutar de un momento que quizás no se volvería a repetir, o al menos así se sentía (Para mi gusto se volvió a repetir tiempo después). Subimos a la cama y lo primero en quitarse fue nuestra ropa, la vergüenza llego así como los nervios acompañados de un latente deseo impaciente de que todo comenzara.

No quiero rondar mucho en cosas tan intimas pues creo que dejarlo a la imaginación ya es demasiada excitación. Lo que si puedo decir, y para mas imaginación suya, es el hecho de que jamás creí que una cama sonaría tanto ni que mi cuerpo estuviese tan desesperado como para soportar tres veces. Sus besos delicados fueron mi todo en ese momento, mi cuello, pecho y extremidades los recibieron y mis labios fueron los que les daban guerra. El final creo que resulto ser el mas lindo, sus labios besaron mi nuca mientras nuestros cuerpos se acurrucaban, sus brazos rodeaban mi abdomen y sentía como la vida me gritaba que no podría separarme emocionalmente de él desde este momento.

-- Gracias. -- le escuche decir mientras seguía dando besos a mi cuello.

-- ¿De que?

-- Por aceptarme.

-- Suena como si te hubiese adoptado. -- Escuche como se reía y la piel se me erizo.

-- Adoptaste mi corazón, es algo por lo que dar gracias.

-- Willy...

--  ¿Mmn?

-- ¿Como hiciste que Wonka se quedara solo? -- eso era algo que me interesaba realmente. Se supone que compartiríamos habitación.

-- Le dije que no quería interrupciones hoy.

-- ¿Como? -- gire mi cabeza para verificar que no estaba bromeando. -- ¿Le dijiste eso?

-- Parecido. -- me dio un beso. -- Pero es lo que quise que entendiera.

-- ¿Que no iban a ser compartidos? -- lo se, sonaba muy mal lo que acababa de decir, pero en ese momento no lo había pensado así.

-- No en estos momentos. Te quiero solo para mi. Quiero tus sonidos, tus movimientos, -- mi cuerpo comenzó a encenderse de nuevo y su abrazo se reafirmo -- tu piel, tus labios, -- sus manos acariciaron mi cadera -- tu todo. ¿No podrías llamar solo mi nombre? -- y sentí sus labios sobre mi hombro -- Me haces ser tan egoísta y codicioso...______.

Dejemos lo que sucedió a continuación a la imaginación. Para cuando amaneció pude reconocer ese dolor que jamás creí que fuese cierto, en las películas se levantaban como si nada, en mi caso sentía que los muslos me ardían y la cadera la sentía rota, quizás exagero con eso ultimo pero ahora entendía aquel dicho tan vulgar de "como cajón que no cierra". Ahora sentía pena por esos cajones que cerraban a la fuerza.

El desayuno fue en la cama, un jugo de naranja acompañado de un pan con huevo. Wonka no había soportado mas tiempo y había terminado por mandar a Willy al carajo (trabajar) para que él se quedara a mi lado en la cama. No había televisión así que nuestro entretenimiento se baso en escuchar a Wonka quejarse de lo que había en el periódico.

Una vida de chocolate (CANCELADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora