Parte III. Capítulo Final

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[Dear Reader – Taylor Swift]

Los días después de esa noche fueron muy parecidos, constantemente iban a visitar a la señora y señor Jeon, también visitaban a Jimin y su familia que ya había llegado a vivir a Seúl junto a su nueva princesa, de quien rápidamente Jungkook se enamoró, convirtiéndose en su nueva consentida.

Así siguieron hasta que mediados de septiembre llegó, el otoño por fin había regresado y con él, el paisaje de colores que tanto le gustaba a Jungkook, aunque ahora no más que el ocre en los ojos del castaño. Pronto tuvieron que volver a Nueva York a poner en orden sus vidas, antes de poder retirarse por completo y pasar el resto de sus vidas en su añorada casa en el campo de Corea.

Llegaron a la gran manzana entre un viaje caótico y una ciudad inundada. Decidieron darse unos días para organizarse y comenzar a resolver asuntos pendientes que les permitieran planear definitivamente su vida juntos.

Taehyung se encontraba en su apartamento nervioso, había preparado una cena para Jungkook, quería pedirle que se casara con él en ese lugar antes de irse a Corea. Tenía dos días sin tener noticia de él y cuando le envió el texto pidiéndole que fuera a su apartamento, no recibió respuesta, así que esperaba que si lo hubiera recibido.

Estaba dando vueltas entre una sala que ahora se encontraba con algunas cajas apiladas y una cocina vacía. El cuadro que colgaba en la pared ya no estaba ahí y la manta que lo acompañó tantas noches de desvelo había sido donada a otra persona que le daría un buen uso y la atesoraría con el mismo cariño.

Escuchó el timbre sonar y su corazón se detuvo, estaba seguro de lo que quería hacer, pero no podía evitar sentirse nervioso.

Caminó hacia la puerta, dio una respiración profunda y sin preguntar quién era abrió.

-Taehyung, hola, me da mucho gusto verte.

-Yoongi, hola ¿cómo estás?

-Tae, yo... ¿puedo pasar?

-Sí claro, pasa, lo lamento, esperaba a alguien más, lo siento ¿está todo bien?

-Tae, estoy aquí por Jungkook, él...

Su corazón se detuvo, sus piernas se quedaron sin fuerza y no pudo respirar más.

Era medio día, no había llovido por un tiempo, el sol resplandecía brillante en el cielo, el viento soplaba llevándose consigo las hojas de los árboles y las personas salían de sus casas para disfrutar del clima, era perfecto

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Era medio día, no había llovido por un tiempo, el sol resplandecía brillante en el cielo, el viento soplaba llevándose consigo las hojas de los árboles y las personas salían de sus casas para disfrutar del clima, era perfecto.

Taehyung conducía por la gran ciudad escuchando su música favorita, se dirigía a la última junta importante de su vida, Jimin ya lo esperaba en la entrada de la empresa para entrar juntos. Su amigo había vuelto a Estados Unidos para ayudarle a gestionar ese pendiente.

Se detuvo en el semáforo para dar paso a los autos que circulaban, todos los conductores estaban en su mundo, en esa ciudad y en cualquier otra gran urbe, las personas actuaban de esa manera, a nadie le importaba nada más que sus propios asuntos.

Les dieron el siga y apretó el acelerador para avanzar, pero no se dio cuenta de que otro conductor distraído no detuvo su marcha y lo último que pudo ver fue la sonrisa de Sunhee cuando salió de casa emocionada por la sorpresa que le preparaba junto a su madre, después todo fue obscuridad.

Les dieron el siga y apretó el acelerador para avanzar, pero no se dio cuenta de que otro conductor distraído no detuvo su marcha y lo último que pudo ver fue la sonrisa de Sunhee cuando salió de casa emocionada por la sorpresa que le preparaba ju...

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Jimin recorrió el pasillo cansado hasta llegar a la puerta, sacó las llaves de su abrigo y abrió lentamente. Todo se encontraba obscuro, las cajas aún se encontraban apiladas en la sala y el único mueble que no había sido sacado era el escritorio junto a la ventana en el que el escritor se sentaba todas las noches a crear, soñar e imaginar.

Dio un último recorrido por todo el lugar y finalmente se acercó al mueble de madera, en él no había nada más que un bonche de hojas con una nota.

"Querido Jiminnie, sé que eres un buen amigo, así que tengo completa seguridad de que cuando yo ya me haya ido tú te encargarás de esto, solamente me faltó agregar el prólogo y el epílogo, tú sabes mejor que nadie qué hacer. Nadie lo ha leído, solamente Jungkook y yo sabemos de su existencia, así que siéntete libre de realizar los cambios que creas necesarios. 

Este libro es un anecdotario de mi experiencia enamorándome perdidamente de un hombre que me hizo feliz, así que cuídalo como lo hiciste con todos nuestros bebés. Gracias por ser mi familia Minnie, gracias por quedarte siempre a mi lado.

Te ama, Taehyung.

P.D. Espero mi cheque por este nuevo éxito jajaja."

Dejó salir algunas lágrimas mientras reía, su Taehyungie siempre era así, jamás permitiría que alguien se sintiera triste por él. Guardó el manuscrito en su mochila y salió del lugar. Condujo hasta su hotel y a solas abrió el documento. Estaba escrito a máquina, ya nadie hacía eso, pero su amigo era un caso excepcional.

Se sentó en el sofá junto a la ventana y comenzó a leer, conforme avanzaba en la lectura dejaba salir más lágrimas, el talento que el castaño poseía para transmitir sus emociones era inigualable, aprendió mucho de él y en ese instante se sintió completamente honrado de haber podido trabajar a su lado.

Dos días después se encontraba de regreso en Corea, llegó a casa y pasó tiempo con su familia, después, en la noche, se sentó frente al computador y comenzó a escribir, sabía perfectamente cómo tenía que empezar y terminar esa historia.

Le tomó un poco de tiempo pero terminó, llamó a Jinpara mostrarle lo que tenía y se pusieron de acuerdo para empezar con elproyecto. Este libro era el último trabajo que su amigo dejó, el más especial eimportante de todos, así que ambos se encargarían de hacerlo llegar a cadarincón del planeta, porque la historia era digna de ser conocida.

Dos amantesdestinados a encontrarse y entregar todo de sí, pero nunca a quedarse juntos,hermoso, pero trágico. Dos amantes destinados a amarse, pero con secretos quejamás les permitieron entregar todo de sí al otro.

Hemos llegado al final de la historia, se que es un capítulo muy corto, pero les comenté en algún momento que es mi primer proyecto

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Hemos llegado al final de la historia, se que es un capítulo muy corto, pero les comenté en algún momento que es mi primer proyecto. 

Tengo sentimientos encontrados porque se que pude haberles dado algo mucho mejor, pero por ahora me concentraré en otras historias, quizá algún día vuelva a hacerlo mejor.

Y pues nada, muchas gracias por dedicarle tiempo a mi pequeño bebé, nos vemos próximamente.

Ps: nos vemos mañana con el epílogo.

Dear ReaderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora