Los otros dos se quedaron mirando se fijamente, ninguno se atrevió a seguir a Tomioka
—¿Por qué me haces esto? Yo lo amo como a nadie...— dijo el heterocromático mientras miraba al alto, sus ojos reflejaban decepcion
—¡Cállate!, el me eligió a mi desde siempre y tú solo estás aquí para estorbar— grito el albino con rabia pero también con un tono medio cortante
—¡El te eligió por qué te tiene miedo!... Veo en sus ojos que el quiere ser libre— argumento Iguro mientras recogía sus vendas del suelo
—¿¡Cómo te atreves a inventar que el me tiene miedo!? ¿¡No ves que lo he llenado de amor!? ¡Lo nuestro es verdadero!— se defendió el otro mientras le jaloneaba las vendas para que no las recogiera
El pilar de la serpiente estaba muy enojado pero no quería reaccionar de la manera que realmente sus pensamientos le decían que lo hiciera
—No... Si fuera verdadero no lo lastimarias, el amor no se trata de golpes, se trata de un sentimiento que te llena de esperanza pero tú no podrías entender eso— dió en respuesta de una forma sería
Sanemi se quedó sin palabras, ¿Dónde más había escuchado eso?, algo le decia que en un pasado alguien le repitió unas palabras muy similares ¿Pero quién?
Se quedó pensando, no sabía que contestarle pero no le daría la razón por nada en el mundo —¡¿Y tú qué mierda vas a saber sobre el amor!?— se quejo mientras aun agarraba las vendas de sus manos
—¡¿Y tú piensas que tú si sabes sobre el amor!? ¡Eres un ser horrible, te aprovechas de Giyu dándole lo más mínimo haciéndole creer que le das demasiado!—
Las palabras pusieron más tenso a Sanemi, eso realmente lo hacía sentir como la peor persona del mundo pero nunca considero que lo que hacía era algo tan grave como se lo pintaban
—Tu no sabes nada, yo no soy así y tú solo estás celoso de que el eligió que yo era el indicado, ¡Solo nos quieres separar!— le respondió con seguridad, no sé daría el lujo de verse débil
—Mira Sanemi... Yo solo quiero que el sea feliz aunque no sea conmigo, pero se que en tus brazos jamás será feliz— miro hacia abajo —¿Tan rápido olvidaste lo que me decías cuando éramos buenos amigos?—
Shinazuguwa lo miro de pies a cabeza, tardo unos segundos en responder —No se de que hablas, mejor se concreto de una maldita vez—
Hubo un silencio profundo mientras Obanai miraba las vendas entre sus dedos, dejándolas caer de nuevo —Tu tuviste una familia muy numerosa pero también muy complicada, no?—
El de las cicatrices se puso muy molesto cuando lo escucho, parece que lo iba a golpear —¡¿A ti qué mierda te importa lo que pasó en mi familia!? ¡No te metas en ese tema si no quieres que te mate!—
—Solo quiero saber que paso con esa parte de ti, ¿No eras tú quien defendía a tu madre y a tus hermanos de tu padre?— dijo el de las vendas
—¡Si, yo los protegía! ¡¿Y qué con eso!?, ¿¡Que finalidad tiene esta plática estúpida sin sentido!?— las manos del alfa temblaban de furia
—Que decepcionante es que seas como la persona que más te hizo daño— le respondió con seriedad —Y para empeorar las cosas, también maltratas al único hermano que te queda ¿Qué crees que pensaría tu madre?—
El peliblanco recibió una fuerte punzada en el pecho, estaba totalmente congelado por sus palabras que no pudo responder nada, sus manos temblaban aun más
—Si Giyu se quedará contigo y tuvieran una familia...¿Eso es lo que le darías a tus hijos?
¿Les darías la misma vida que tanto te hizo sufrir a ti?— seguia agregando el de las mechas —¿Vas a romper el juramento que le hiciste a tu madre?—Los ojos de Sanemi se llenaron de lágrimas que se quedaron acumuladas en ellos sin dejarlas caer mientras lo escuchaba
—¡Callate!.. Callate.... ¡No sabes nada, estás mintiendo, yo no soy así!— sus lágrimas escurrieron lentamente por sus mejillasEl heterocromático camino lentamente Hacia el y limpio sus mejillas con sus manos de forma suave — Espero te vaya bien, Sanemi...—
Finalmente soltó su rostro y se dio la vuelta para irse. El pilar del viento se quedó un poco sorprendido y a la vez completamente quieto mientras miraba como se iba
La caricia le dejo una sensación extraña, el pecho le dolia demasiado y de cierta forma se sintió culpable. Empezó a creer que Obanai se excedió con como le hablo
Se sentó sobre el suelo pensando en las cosas, aún traía los ojos cristalinos pero ahora no solo sus recuerdos llenaban su mente, si no que ahora también pensaba en ambos pelinegros
Pensaba un poco en el trato que le daba a Giyu y en lo que acababa de pasar. Su cabeza se empezó a revolver entre si, en el fondo extrañaba a su amigo pero no iba a dejar ir al pilar del agua por la felicidad de Iguro
Por parte del de las vendas, el solo seguía caminando sin rumbo, pensaba en buscar a Tomioka y decirle la verdad pero sabía que si lo rechazaba solo se buscaría más problemas de los que ya tenía
A Pesar de de todo no se iba a dar por vencido, se iba a encargar de que el de los ojos azules se enamorara de el y tendría una familia con el
Le gustaba mucho pensar en eso, no pudo evitar sonreírse a si mismo mientras pensaba. Seguía caminando a paso lento hasta que sintió que alguien enredo sus brazos sobre su abdomen, jalando lo hacia atrás
Su serpiente estaba inmovilizada por alguna razón y en cuanto miro los brazos supo perfectamente quien lo habia agarrado, aunque no entendía el porque
Que el lo agarrara de esa forma lo ponía un poco nervioso, no estaba acostumbrado a esa cercanía y de cierta manera también lo ponía incómodo
Miraba los brazos de esa persona sin saber que decirle o como reaccionar, se quedó completamente shockeado