CERO

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([@wengwengchim], multimedia ⬆️)

Sus historia cambió desde que Izuku se fue de la UA aquel abril. Katsuki pareció entenderlo todo y en su pecho brillo un sentimiento, un sentimiento que le ocasionaba ansiedad, taquicardia, temblores, un nudo en la garganta, un vacío en el estómago y una terrible sensación de angustia.

Miedo.

Miedo porque no era nadie, nadie en lo absoluto. La ida de Izuku le recordó que el era un simple mortal que no podía detener a nadie, que no significaba nada para nadie y no era tan fuerte como el creyó que era.

Tomaba a Deku por sentado y entonces se dio cuenta de que Deku podría irse como si nada y dejarlo atrás en cualquier momento. La persona que lo siguió durante toda su maldita vida, cada pequeño paso, la persona que siempre estaba allí...solo podía dejar de volverlo relevante en su vida. Despidiéndose con una estúpida carta de admiración y orgullo y a saber cuántas mierdas más. Para ser sincero no leyó más allá de tres párrafos, era una carta de asqueroso arrepentimiento, un arrepentimiento que no logro comprender por cierto, y asquerosas disculpas y asquerosa determinación y asquerosa benevolencia y asqueroso jodido heroísmo.

Pura basura, era solo el egoísmo hablando.

Recuerda que lo primero que pensó días antes, cuando despertó en el hospital por la batalla vs Shigaraki, los Nomus y la Liga de Villanos, fue en ir y hablar. Hablar y hablar, no una conversación, él quería hablar con Deku y quería que Deku solo escuchará. Pero bueno, resultó que Deku ni siquiera había abierto los ojos aún y sus planes cambiaron ciento ochenta grados, ahora el plan era zarandearlo hasta que despertara y luego decirle: Maldito débil. Algo así, solo quería que despertara.

Porque iba a despertar, ¿no? Era Deku al fin y al cabo, se había roto los huesos antes en innumerables fragmentos y aún así había seguido luchando.

No alcanzo a saberlo esa noche, los demás no lo habían dejado verlo y luego paso lo que pasó.

Deku se fue.

Ni siquiera lo dudo dos veces para reunir a la bola de tarados y dirigirlos hacia él. ¿Por qué había tenido que hacer eso? Joder, lo humillaba de sobremanera el saber que no habría sido suficiente con el solo para traerlo de vuelta, que Izuku no lo necesitaba a él, los necesitaba a todos.

Todo lo que quería decirle aquella noche en el hospital, se vio obligado a decírselo entonces. Abrió su estúpido corazón, como sea, le contó todo lo que tenía guardado desde hace muchísimo y entonces, solo entonces, Deku se rindió. Ya no era necesario solo decirle: déjate de estupideces. Ya debía darle más, debía abrir su alma a él, Deku estaba empezando a demandar cosas poco a poco en sus dinámica de relación ami-enemigos pasivo-agresiva.

Katsuki lo entendió y empezó poniendo de su parte llamándolo por su nombre, gran avance en verdad. Recuerda sentirse jodidamente raro por eso, el nombre no sonaba del todo correcto en su voz, se sentía...suave. Izuku jamás lo había hecho sentir suave antes. Pero bueno, el jodidamente estaba intentando ser una mejor persona o algo así, solo sabia que estaba cambiando. Esperaba para bien.

—. Te volviste más callado — Murmuró una vez el pecoso, como quien no quiere la cosa pero Katsuki lo conocía como a la palma de su mano. Izuku quería hablar al respecto — Y me dices Izuku ahora, ¿eh?

No habían sido demasiadas veces las que había dicho su nombre porque, para empezar, podía contar con los dedos de una mano cuantas veces se había dirigió a él. Pero lo intentaba, realmente estaba intentándolo. Darle algo.

—. ¿Te molesta? — Dijo a cambio, mirándolo de reojo.

El cabello rizado le caía sobre las cejas porque estaba agachando amarrándose las botas, habían terminado el entrenamiento y cada quien iría a sus cuartos. De hecho, probablemente ese era el único tiempo que compartían juntos ahora. Las clases estaban suspendidas y todo era entrenar y entrenar y entrenar y entrenar y entrenar...

El numero unoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora