El numero uno

CUATRO

—. Bakugo, ayer dejaste en los vestidores unos trastes — Le dijo Tokoyami una mañana, quien había trotado para alcanzarlo cuando salían de clases — Unas botellas de agua y un topper.

—. Ah, lo tienes tu — Elevo la cejas — Bien, mierda, pensé que se habían ido a la mierda. ¿Los traes ahora?

Tokoyami negó.

—. Puedes ir después de las seis a mi habitación, a esa hora regreso de entrenar con Hawks.

Dicho y hecho, estuvo ahí a esa hora. Antes de ir se dio un buen baño y fue al cuarto de lavandería para meter algo de ropa a la lavadora, hizo una mueca al ver que la única lavadora disponible tenía prendas de Izuku. A veces no juntaban tanta ropa sucia como para llenar una lavadora, por lo que algunos dejaban su ropa ahí y esperaban que cualquier otro terminará de llenarla y la pusiera en marcha. Está vez el papel de Katsuki fue el segundo.

—. Cómo sea — Dijo entre dientes, preparando la solución de jabón con la que sabía que Izuku lavaba su ropa y activando la máquina antes de irse.

Intentaba no pensar demasiado sobre qué tendría que ir al segundo piso, la habitación de Tokoyami estaba ahí. No pisaba ese piso casi nunca ahora, solo ocasiones inevitables como esa. Subía al piso cinco porque a veces se reunían en la habitación de Sero para jugar videojuegos o incluso visitaba muy de vez en cuando a Todoroki, una vez al año no hace daño. También estaba bastante familiarizado con el tercer piso, ahí estaba la habitación de Denki al fin y al cabo.

Solía estar igual de familiarizado con el segundo piso, lo visitaba bastante antes de...lo que había pasado.

Asintió con la cabeza hacia Tokoyami cuando tuvo en sus manos la bolsa de sus cosas, camino a través del pasillo con algo de tensión en sus hombros y miro fijamente la segunda puerta. Mierda, esperaba no escuchar nada, no quería tener que vomitar la maceta. Ni siquiera sabía si Uraraka estaba ahí, ni quería saberlo, pero habían altas probabilidades de que lo estuviera. Apretó los ojos cuando paso frente a la habitación pero el ruido que sonaba adentro no era exactamente lo que esperaba.

Sonaba la voz de Izuku extremadamente molesta. El tono, las palabras que usaba, el sonido de los pasos caminando de un lado a otro por toda la habitación...

Arrugó el ceño y se quedó quieto, meneo el pie dudando si hacerlo o no, ¿qué tan buena idea era? ¿A él que le importaba? ¿Necesitaba saberlo?

—. Al carajo — Gruño, acercándose decididamente a la puerta y pegando la oreja en la superficie.

A la mierda, quería saber que pasaba. Si nadie le decía nada entonces tendría que recurrir a medidas extremas.

—...estás no son las palabras de un héroe y el One For All no fue hecho para esto, pero...— Katsuki sintió un escalofrío subiendo por espalda por el tono siniestro y furioso de su voz, no parecía la voz de Izuku —...si ustedes les hacen algo, voy a matarlos.

Llevo rápidamente una mano a su boca y abrió los ojos con sorpresa. ¿Qué diablos...?

"Lo detuve porque me dio miedo que...bueno, que matará a Shigaraki. Si hubieran estado ahí...se sentía un aura diferente...un aura de villano. Se me erizaron los vellos del cuerpo y, no lo sé, me puse en guardia. E-El...e-e-el solo me, bueno, me-me dio..."

Miedo.

Ya podía entender a Mirio. Ese era un Izuku que definitivamente no conocía. Y de alguna sádica forma le gustaba conocerlo ahora.

—. Está bien. Estaré fuera de UA mañana, a cambio no van a tocarles ni un solo cabello — Izuku pauso un poco y luego de un pesado suspiro termino — A nadie.