ONCE

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Sin embargo el día seguía siendo todo un caos de alguna manera, con su celular vibrando con llamadas de su madre, su padre e incluso de Inko Midoriya. Al ver este ultimo nombre hizo una mueca. Al finalizar el dio, con todos juntos en el Heights Alliance, Katsuki observo a Uraraka meterse en la cocina y espero por si alguien más entraba junto con ella, lo cual no había pasado. Los demás jugaban un ridículo videojuego en el televisor así que nadie se había dado cuenta del momento en que Katsuki se había levantado y seguido a la chica a la cocina.

Ella tarareaba suavemente, moviendo las caderas y haciendo volar todo dentro de la cocina. Katsuki toco con fuerza la puerta y ella se sobresaltó, casi dejando caer todo al suelo.

—. ¡Me asustaste!

—. Siempre debes estar en guardia, cara redonda — Elevo una ceja — Nunca estamos seguros.

—. Que triste pensamiento — Sonrió, un poco divertida — Lo siento, ¿vienes a cenar? Hice ver esto como una cocina encantada, de verdad lo siento — Juntos sus manos.

—. Nah, no vengo a eso. En realidad...— Katsuki pensó en como decírselo, mordiendo su labio y dudando.

—. ¿Si?

—. ¿Conoces a Inko?

—. ¿Quién?

—. Inko Midoriya — Repitió y la chica siguió con un enorme signo de interrogación en la cara — Bueno, jodidamente no.

—. ¿Midoriya? ¿Es la madre de Deku? — Abrió sus ojos, sorprendida — ¡Oh, no sabia su nombre!

Katsuki pensó en esos segundos, con el rostro lleno de incredulidad, en cómo podía alguien decir que amaba a otra persona sin siquiera conocer el nombre de su madre, ¿era eso posible?

Sacudió la cabeza. No era su asunto.

—. ¿Adivina qué? Tienes una misión para mañana — Le dijo burlón.

—. Oh...¿mañana? Pero-

—. No es si quieres — Elevo una ceja.

Uraraka trago gordo, observando con intriga a Katsuki.

Y luego lo escucho.

Y decidió hacerlo.

Así que al día siguiente solo Shoto y Katsuki estaban dentro del Ayanecoptero, volando cientos de kilómetros a una velocidad increíble directo a una mansión perdida en el bosque. Katsuki observo con cierta gracia la pantalla que también llevaba Shoto, dándose cuenta de porque estaba yendo ese día a ver a los exiliados. Ya se le hacia raro que fuera entre semana.

—. Si un amigo...— Hablo Todoroki de repente —...te pidiera un consejo sobre...

—. No me importa.

—....un problema con una chica porque...

—. De verdad, me importa un carajo.

—...resulta que también esta interesado en un chico...

—. Joder, mitad y mitad, no quiero oírlo.

—...¿qué le dirías?

—. ¡Llegamos, prepárense para bajar! — Canturreo Ayane y Katsuki sintió un escalofrió por la vibración de todo el helicóptero, ¿y si en ese instante le estaba pisando algún órgano? No había pensado en lo realmente turbio que era su quirk.

Katsuki bajo de un salto cuando aterrizaron y se estiro, camino con parsimonia hacia la casa mientras se rascaba el estómago. Tenía hambre.

—. Oh, ¿sabias que Uraraka iba a venir? Pero hoy en la mañana me dijo que ya no — Le conto Todoroki, cargando sobre su hombro el enorme televisor como si solo fuera un peluche — No tenia ganas de ir al rio hoy, me alivia un poco.

El numero unoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora