Parte 2

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Buck observó nervioso a Chris, quien metía sus cosas apresuradamente en su mochila. Tenía una pijamada esa noche y estaba emocionado de ir. Aunque a Buck le alegraba que su campeón tuviera amigos y fuera invitado a fiestas, no quería dejarlo ir. Se sentía nervioso de quedarse a solas con Eddie, durmiendo ahí con él, sin Chris. Solo él y Eddie, pasando un rato juntos, viendo alguna película.

Ese día, después de lo ocurrido en la cocina de Eddie, se habían puesto de acuerdo para ver una película con Chris al día siguiente. No esperaban que el pequeño llegara con la noticia de una pijamada en casa de uno de sus amigos de la escuela. Buck al principio pensó que Eddie cancelaría, pero vaya sorpresa se llevó cuando este dijo que Chris no faltara. Así que ahí estaba, ayudando a Chris a alistar sus cosas mientras Eddie iba por pizza para que el pequeño llevara y para que él y Buck cenaran.

—¿Listo, campeón? —preguntó Eddie una vez regresó. Había dejado todo en el carro; solo faltaba la aprobación de Chris para llevarlo a su destino.

—¡Sí, papá! ¡Nos vemos, Buck! —Chris se despidió con un abrazo y salió lo más rápido que pudo de la habitación. ¡Sí que estaba emocionado!

—Regreso en un momento —dijo Eddie y le guiñó el ojo. Esto aceleró el corazón del rubio, quien al escuchar la puerta cerrarse, no dudó en tirarse en la cama de Chris. ¿Qué le esperaba esa noche?

Eddie y Buck se acomodaron en el sofá con una pila de películas románticas a su disposición. Eddie seleccionó una comedia romántica, pensando que sería la elección perfecta para relajar el ambiente. Acompañados de pizza y cerveza, con unas mantas por el frío de esa noche, se sentaron en el sofá.

—Bien, Buck, si vas a conquistar a alguien, necesitas aprender de los mejores —dijo Eddie, riéndose mientras ponía la película.

—Claro, Eddie. Todo sea por el amor —respondió Buck, tratando de mantener una expresión seria mientras por dentro se sentía nervioso de estar ahí, viendo películas románticas con Eddie, tan juntos, tomando y comiendo.

A mitad de la película, Eddie pausó la pantalla en una escena donde el protagonista hace un gran gesto romántico.

—Mira, Buck, esto es lo que deberías hacer. Un gran gesto, algo que muestre lo mucho que te importa esa persona.

Buck asintió, pero no pudo evitar soltar una carcajada cuando el protagonista accidentalmente derramó vino sobre su cita.

—¿Y si hago eso? —bromeó Buck—. Aunque, prefiero no empapar a nadie con vino.

Eddie se rió y le dio una palmada en la espalda.

—Solo asegúrate de no tener un vaso en la mano cuando te declares.

Buck asintió, tomando nota, "no declararse a Eddie teniendo algo en la mano". Sonrió ante su nota mental y tomó un trozo de pizza, poniéndole mucha ketchup encima. Le gustaba estar ahí con Eddie, el sofá, las mantas, la pizza, todo parecía perfecto.

Estaba tan entretenido viendo la película que no se dio cuenta y terminó aplastando de más el bote, salpicando el rostro de Eddie con la salsa roja.

—¡Lo siento! —dijo Buck, riendo nerviosamente.

Eddie, inicialmente sorprendido, se unió a la risa. Buck se apresuró y tomó una servilleta, inclinándose hacia Eddie para limpiar suavemente su rostro. Sus dedos rozaban la piel del castaño con cuidado, causando un ligero estremecimiento en el rubio, quien sentía su corazón acelerarse.

Robar tú corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora