Parte 9

545 54 9
                                    

Harvey bajaba las escaleras pesadamente mientras dos rubios tomaban cerveza y charlaban alegremente. El abogado sonrió, dando un sorbo a su cerveza, ya un poco ebrio. Buck le había contado lo que había pasado en la estación.

"Buck, deberías dejar de rodeos y decírselo. Algo me dice que a él también le gustas. No cualquier hombre anda besando en la mejilla a su amigo", sugirió Mike entre risas.

Buck lo pensó un momento, recostado en el sofá. Después de lo sucedido en la estación, Mike lo había invitado a su casa, ya que Harvey solía llegar casi de madrugada y él quería chismosear con su amigo.

"No sé cómo declararme, además ¿qué pasa si no le gusto? Arruinaría todo, Mike. Trabajamos en el mismo lugar, tendría que mudarme de ciudad", explicó Buck, tratando de justificarse.

Mike soltó una carcajada. —Buck, no sobrepienses. Solo tienes que declararte, eso no arruinará nada. Además, ¿qué pasa si todo sale bien? Si él te acepta, si se aman, ¿no crees que ese escenario es mejor?

Buck asintió avergonzado. 

—¿Y si hacemos una prueba?. 

Sugirio repentinamente Buck.

—¿Una prueba?

—Sí, ensayemos cómo puedo declararme para conquistar de una vez ese corazón—Ambos ya bastantes ebrios, buck se limpio el sudor de las manos en su pantalon,  levantándose del sofá decidido. 

—¡Buena idea! Aunque habrá que hacerlo rápido, ya es bastante noche.

—Tienes razón. Casi son las doce y tu esposo va a pensar mal si nos encuentra aquí.

Mike asintió, tratando de disimular su enojo hacia Harvey, quien siempre llegaba a la hora que quería y parecía más que esposos, solo roomies.

—Comencemos...

Buck tomó las manos de Mike, quien había dejado su cerveza en la mesita, ambos respirando hondo.

—¿Listo? —preguntó Mike, con una sonrisa traviesa.

—Sí, aquí vamos —respondió Buck, nervioso pero decidido.

—Me gustas... —dijo Buck, intentando ser serio.

Mike negó divertido y frunció el ceño.

—Inténtalo de nuevo.

—Te amo... —intentó Buck, ahora con más determinación.

Mike volvió a fruncir el ceño y se rió.

—¿De verdad? No, sigue intentando.

—Has sido más que un amigo para mí. Creo que... me gustas —dijo Buck, esta vez con más confianza.

—¡Ahí está! ¡Eso es más como se dice! —exclamó Mike, burlonamente.

—Yo siento lo mismo. Ahora, besémonos apasionadamente —concluyó Mike, bromeando, antes de lanzarse sobre Buck con un abrazo exagerado que casi los hace caer..

Buck observó a Mike, ambos mirándose fijamente. La diferencia de altura era de unos centímetros, con Buck inclinando levemente la cabeza hacia abajo, dado que el abogado era más bajo. Ambos soltaron una carcajada, el alcohol comenzaba a hacer efecto y se sentían más relajados.

—Es una buena adaptación —comentó Mike entre risas, señalando un cuadro torcido en la pared—. Aunque deberías asegurarte de no torcer las cosas como ese cuadro.

Robar tú corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora