Parte 4

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Después de un día especialmente laborioso en la estación,  Eddie y Buck se encuentran en el camión de bomberos, limpiando el equipo, ya han olvidado lo que paso aquella vez con el sueño de buck y el desliz de eddie, ninguno a querido comentar nada.

La jornada había sido agotadora, pero ambos se sentían aliviados de que todo hubiera salido bien.

—Oye, Buck —dice Eddie mientras secaba una manguera, tratando de conversar con su amigo olvidando un poco todo lo ocurrido antes.

—¿cómo van las cosas con la persona de la que estás enamorado?

Buck, que estaba concentrado en limpiar una herramienta, se puso nervioso.

—Oh, ya sabes... va bien —dijo tratando de sonar casual.

Eddie no se dejó engañar y sonrió con picardía.

—Vamos, Buck, cuéntame. Necesito detalles. ¿Ya le has dicho lo que sientes?

Buck tragó saliva y trató de cambiar de tema.—Bueno, hemos pasado mucho tiempo juntos y... —miró a Eddie, quien seguía esperando una respuesta—. La verdad es que esa persona es un poco distraída y no se da cuenta de mis señales. 

Eddie soltó una carcajada, encontrando la situación muy graciosa.—¿En serio? ¡Qué despistado! —dijo riendo, lo que hizo que Buck también se riera.

"Si, eres muy despistado.!"

Ambos se rieron juntos, la risa resonando en el camión. Finalmente, Eddie miró a Buck con una sonrisa tierna.

—Bueno, Buck, tal vez no has sido claro. ¿Por qué no intentas ser más obvio para que lo note? Esa persona tiene suerte de tener a alguien tan persistente y cariñoso como tú. Seguro que no perderá esa oportunidad.

Buck sintió un nudo en la garganta, emocionado por las palabras de Eddie. —Gracias, Eddie. ¡Lo haré!

Eddie le dio una palmada en la espalda. —Para eso estamos los amigos, ¿no?

"Amigos"

Buck suspiró derrotado. Darle señales a Eddie, sí, eso sería lo mejor. Además, no podía seguir mintiéndole. Tenía que decirle que no queria ser solo su amigo.



...



 Ese día, Buck había escrito una sutil nota que decía "Te ves guapo hoy" y la había dejado pegada en el uniforme de Eddie, el cual estaba cuidadosamente doblado en una banca junto a los demás, porque los habían mandado a lavar.

Más tarde, cuando Eddie y Chimney entraron a la sala, notaron que el uniforme de Chim tenía una nota. Así es, Buck se había equivocado de uniforme. 

Eddie leyó la nota y Chim se sonrojó al escuchar eso, sin saber quién la había escrito. Eddie sonrió ante la cara roja del asiático.

Más tarde, Buck se acercó a Eddie sutilmente para tratar de sacarle el tema de conversación sobre la nota, pero entonces fue intervenido por Hen, quien le contó sobre la nota que había hallado Chim en su uniforme.

—Tal vez es una fan que se metió a escondidas o la chica de la lavandería —dijo la morena riendo.

Buck, con el rostro sonrojado, se golpeó la frente con la palma de la mano.

—Sí, seguro —dijo, tratando de disimular su vergüenza.

Chimney, aún sonrojado, se acercó a Buck con la nota en la mano.

—¿Tienes alguna idea de quién pudo haber dejado esto? —preguntó, intentando sonar casual pero con un evidente tono de curiosidad.

Buck tragó saliva y negó con la cabeza, tratando de parecer indiferente.

—No, ni idea. Quizás fue alguien del equipo de limpieza —respondió rápidamente.

Eddie, que había estado observando la interacción, no pudo evitar reírse.

—Vaya, Chim, parece que tienes un admirador secreto —bromeó Eddie, dándole una palmada en la espalda.

Chimney se rascó la cabeza, aún confundido y avergonzado.

—Sí, supongo que sí... —murmuró, mientras se alejaba, todavía mirando la nota.

Buck suspiró aliviado, aunque todavía avergonzado por el error. Decidió que tendría que ser más cuidadoso la próxima vez.

Pero los incidentes no terminaron ahí. Al día siguiente, Buck intentó dejar otra nota en el casillero de Eddie. Esta vez, sin embargo, se dio cuenta demasiado tarde de que había metido la nota en el casillero equivocado cuando vio a Bobby sacando la nota con una ceja levantada.

—"Tienes la sonrisa más linda" —leyó Bobby en voz alta, mirando alrededor para ver quién podía haber dejado la nota.

Buck se apresuró a apartarse antes de que Bobby lo viera, sintiéndose como un completo desastre.

Decidido a no darse por vencido, Buck ideó un nuevo plan. Esta vez, escribiría una nota y la colocaría directamente en el casillero de Eddie, asegurándose de no equivocarse. La nota decía: "Eddie, solo quiero que sepas que eres una de las personas más importantes para mí. —Buck".

Sin embargo, en su apresuramiento matutino, Buck sin querer puso la nota en el casillero de Hen. Más tarde, mientras estaban en la sala común, Hen abrió su casillero y encontró la nota. Su expresión pasó de sorpresa a una mezcla de diversión y curiosidad.

—¿Qué es esto? —dijo en voz alta, atrayendo la atención de todos en la sala. Ella levantó la nota y la leyó: "Eddie, solo quiero que sepas que eres una de las personas más importantes para mí. —Buck".

La sala estalló en risas. Chimney fue el primero en comentar, con una amplia sonrisa en su rostro.

—¡Vaya, Buck! ¿Hay algo que no nos hayas contado? —bromeó Chim, guiñando un ojo.

Buck se quedó petrificado, su rostro enrojeciendo de inmediato. Se cubrió el rostro con ambas manos, deseando que el suelo se lo tragara. Hen tenía que haber leído la nota en voz alta, para colmo.

—Oh, no... no es lo que parece... —intentó explicar, pero las risas de sus compañeros lo interrumpieron.

Eddie, que estaba al otro lado de la sala, observó la escena con una mezcla de diversión y curiosidad. Se acercó a Hen, todavía riendo, y tomó la nota.

—Parece que esta nota era para mí, Hen —dijo Eddie, sonriendo mientras miraba a Buck, quien estaba claramente avergonzado, hundiéndose en su lugar.

  "¿Por qué a mí?"

Hen, divertida, le devolvió la nota a Eddie.

—Bueno, Eddie, parece que tienes un admirador muy especial —dijo, dándole una palmadita en la espalda a Buck mientras pasaba.

Buck, tratando de recuperar algo de dignidad, se encogió de hombros y sonrió tímidamente.

—Sí, supongo que sí —murmuró, su voz apenas audible por encima de las risas.

Más tarde, Eddie se acercó a Buck mientras estaban solos en el vestuario.

—Buck, aprecio mucho la nota. De verdad —dijo Eddie, con una sonrisa sincera.

Buck, aún sonrojado, asintió.

—Gracias, Eddie. Siento mucho el malentendido —respondió, rascándose la nuca.

Eddie se echó a reír.

—No te preocupes, Buck. Solo asegúrate de poner las notas en el casillero correcto la próxima vez —dijo, guiñándole un ojo antes de salir del vestuario.

Buck se quedó allí, sonriendo tontamente, sintiendo que tal vez, solo tal vez, sus esfuerzos no habían sido completamente en vano.





...

Robar tú corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora