8. Vodka y más vodka.

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-No deberías estar aquí. -Belcebú sonríe con suficiencia y hace estrellar una botella de vodka contra la pared. La gente salta y baila de un lado a otro. Hay poco sitio para respirar.

-Deberías desaparecer.-Le aconsejo mientras tomo otro trago de el espeso líquido que tengo en el vaso.

-Y tu deberías saber que ese vaso lleva droga, pequeña Pye.

Escupo el líquido y derramo el contenido en el suelo.

-Eres la única que no se está divirtiendo. -Belcebú chasquea la lengua irritado.

-Quizá sea por que tu me estas fastidiando.

-No me eches la culpa de todos tus problemas Pye.

-¿Qué probl...?

-Y menos,-me corta mientras se acerca peligrosamente a mi.- de tu corazón roto.

Trago saliva. Ha dado en el clavo,  como siempre. Mis ojos brillan por un momento para luego ser reemplazado por molestas lágrimas de amor. Belcebú alarga la mano y acaricia mi mejilla. Viniendo de un ángel gruñón no está nada mal.

-¿Me sientes? ¿Sientes mi piel junto a la tuya? -Murmuro lo suficiente alto para que Belcebú me oiga. Él asiente sin apartar la mano. Sus ojos han pasado de ser amarillos a azulados. Algo nuevo e increíblemente hermoso. Belcebú es hermoso, siempre lo he sabido. Y a veces me siento tan bendecida al poder ser la única que puede admirar su cara, su pelo, su cuerpo. Belcebú apoya su frente con la mía como si tratase de enviar sus pensamientos hacia mi desordenada cabeza.

-Eres demasiado especial como para que te hagan daño.

Aunque es solo un susurro, consigo escucharlo con claridad. Entrelazo mis dedos con los suyos y me permito pensar por un segundo en como me verán los demás, ya que nadie ve a Belcebú.

-Pye yo...-Belcebú abre la boca pero lo callo uniendo mis labios con los suyos. Puede que esto esté mal. Puede que me arrepienta. Pero desde este mismo momento, algo se ha encendido en mi interior.  Y no dejará de crecer, hasta explotar.

Belcebú.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora