POV BELCEBÚ
Despierto y gruño al sentir los rayos de sol invadiendo mi habitación. Sacudo la cabeza de un lado a otro y escucho un quejido a mi lado. Alzo la cabeza extrañado y encuentro una caballera rubia removiendose con extrema pereza. La desconocida me sonríe y se restriega los ojos con fuerza, como si eso pudiese hacer desaparecer el sueño que tiene.
-¿Qué haces aún aquí?
Ella me mira furiosa y se levanta con rapidez intentando tapar lo máximo posible de su cuerpo, a pesar de que anoche la pude saborear entera y recuerdo cada milímetro de su piel. Es guapa. En realidad, es hermosa. Pero no es Pye.
-Eres un idiota. -Sonrío con suficiencia y camino lentamente hasta la cocina, para hacerme un café. Luego gruño. Empiezo a parecerme a los malditos humanos.
-Lo sé, preciosa.-Digo 'preciosa' por que no me acuerdo de su nombre.
-Borra mi número, porfavor.-Recoge su chaqueta y se hace una coleta mientras evita mi mirada a toda costa. Que mortal tan aburrida.
-Ni siquiera lo apunté.
Ella me saca el dedo y justo cuando va a abrir la puerta parece chocar con alguien. La rubia se gira furiosa hacia mi y me mira con desprecio.
-¿Esta es otra de tus zorritas? -La ignoro y camino hacia la puerta para encontrarme a Pye al borde del llanto y mirando a la rubia con un odio infinito.
Por una parte se que la he cagado, por otra estoy contento de que se ponga celosa.
-Deberías irte.-Le digo a la rubia mientras agarro a Pye de la mano y la obligo a entrar dejando a la otra fuera con la palabra en la boca.
Pye camina hasta el sofa rojizo y se sienta en silencio. No me mura hasta que me pongo de cuclillas sobre sus rodillas y la obligo a mirarme.
-Cuéntame que ha pasado.
-Y-Yo...-Respira hondo y clava sus preciosos ojos en mi. Un escalofrío recorre mi espalda. Puaj. Sentimientos humanos. -Solo tengo una pregunta.
Guardo silencio a la espera y Pye se arma de valor. Parece totalmente ida.
-¿Qué soy?
-¿Qué sabes?-Ignoro su pregunta con la mía, algo que ella no se toma muy bien.
-Sé que me has estado mintiendo y que sabías la verdad. Sé que no soy humana pero tampoco soy como tú. Sé que puede que seas un demonio.
-¿Ha sido Ethan? ¿Él te ha contado todo eso?-Ella asiente lentamente y se echa hacia atrás. Me coloco a su lado y entrelazo mis dedos con los suyos, a lo que ella me mira sorprendida.-Te he dicho que no te acerques a él. ¡Te lo dije Pye!
Lanzo la taza de la cocina contra el suelo en un momento de furia. Pye se encoge y me mira con los ojos llorosos.
-Necesitaba respuestas.-Murmura.
-¡Yo te las puedo dar! ¡Él es peligroso, joder!
-¡Tu nunca estás cuando te necesito!
Me quedo callado y vuelvo a sentarme. Ahí tiene razón. Pye se tapa la cara con las dos manos y yo me acerco a ella hasta estar cara a cara.
-Mirame Pye. -Ella niega con la cabeza y la escucho sorber los mocos. Sonrío un poco e insisto.-Pye, venga mirame.
Y lo hace. Y joder, me encanta como me mira. Me encanta cuando sus ojos brillan ya sea de entusiasmo o de tristeza y me encanta saber que me necesita, ya que ella no tiene ni idea de lo que la necesito en mi vida.
-Sé que nunca estoy para ti, pero lo estoy ahora. -Ella frunce el ceño y sonrío. -No me mires así. Soy un demonio ocupado.
-Un demonio...-Murmura ella. -Pero, ¿por qué eres así?
-Dime una cosa. -dice evitando mi pregunta.- ¿Por qué has acudido a mi esta vez, en vez de a ese maldito ángel oscuro?
Ella traga saliva y acaricia mi mejilla. Me sobresalto un poco, pero no me aparto.
-No lo se. Simplemente, pensé en ti.
Su respuesta me decepciona un poco pero me reconpongo.
-Eres la hija de Darkaida, Pye.
Ella me mira durante unos segundos y luego me abraza.
-No sé que significa eso pero... yo solo quiero ser una chica normal con una vida normal.-solloza en mi hombro. Acaricio su pelo y su espalda y por un momento me la imagino desnuda abrazandome en la cama: perfecta.
-Tu nunca has sido normal, pequeña Pye.-Me mira directamente a los ojos y sin esperarlo de su parte, me besa.
Es un beso tímido pero hambriento. La agarro de la nuca y la atraigo más hacia mi mientras rodeo su cintura con mi brazo. Ella pasa sus brazos alrededor de mi cuello y siento una sensación maravillosa cuando su lengua toca la mía y comienzan un baile interminable. Se separa poco a poco segundos después a falta de aire y me atrevo a mirarla en su máximo esplendor. Tiene las mejillas sonrosadas y me acaricia lentamente las mejillas, como si yo fuese un simple sueño o una aparición.
-Yo...
-Sh.-Pongo mis labios una vez sobre los suyos y acaricio sus hombros.-No digas nada.
-Pero Belcebú, yo te...
Vuelvo a unir nuestros labios y atrevo a lanzar mis manos a su piel. Un contacto increíble. Ella pasa sus manos por mi estómago y recorro su columna con suavidad hasta llegar a sus pechos. Joder. Joder. Joder. La de veces que he soñado con tocarla.
-Belcebú. -Murmura ella en mis labios. Lanzo mi lengua más hondo y ella hace un especie de gemido que hace que me ponga a mil.
-Pye joder.-Me coloco sobre ella y nos tumbamos sobre el sofá, pero no dura mucho ya que entrelaza sus piernas sobre mi cadera y la llevo hasta mi cama.
-Belcebú. -Mi mano va hasta el botón de sus vaqueros pero ella me aparta la mano. La observo durante un instante sin entender nada hasta que dice: -Belcebú estoy enamorada de ti.
No se cuanto tiempo me quedo callado observado su pecho subir o bajar ya que dice: -¿Estas bien?
-No puedes estar enamorada de mi.
Ella se aparta a un lado y frunce el ceño.
-¿Cómo dices?
-No puedes quererme. No soy humano.
-¿Y eso que importa? Yo no elijo de quien enamorarme.
-Tendría que haberlo previsto. -murmuro.
-¿De qué hablas? ¡Te acabo de decir que te quiero y solo piensas en eso!
Pye se levanta de un salto y agarra sus cosas mientras camina furiosa hacia la puerta.
-¡Espera Pye! ¡Tú no lo entiendes!
-¡Pues entonces explicamelo!-Se cruza de brazos y espera.
-No puedo...-Susurro.-No puedo decirte lo que siento.
-Entonces, - agarra el picaporte y me lanza una mirada cargada de odio y vergüenza. -es por que no sientes nada.
Y se va.
Y con ella, se va mi corazón.
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Belcebú.
RomanceMe llamo Pye y en ocasiones veo angeles. Algunos me dicen que haga cosas buenas. Otros simplemente me ignoran. Ha aparecido un nuevo ángel: se llama Belcebú. Es un auténtico borde. Pero de alguna manera, ha despertado algo en mi interior, ya sea...