A la mañana siguiente voy corriendo a la biblioteca a buscar a la Guardiana de Reliquias: necesitaba respuestas.
-¿Qué deseas, chica? -a pesar de tener trece años, hablaba como alguien muy sabio.
-Quiero que me digas cómo puedo vencer a Darkaida en combate.
-Esa información no te la puedo dar.
-Soy la princesa y estás oblig...
-No te la puedo dar -dice dejándome en medio de la frase-, porque te la tengo que enseñar.
Camina por la enorme biblioteca mientras ordena libros con la mente, o lo que sea que esté haciendo, y la sigo hasta una sala diminuta. Se quita la capa que le cubre media cara y entra. La habitación es un espacio semicircular y totalmente negro por lo que durante unos segundos no veo absolutamente nada hasta que la Guardiana dice unas palabras y de repente todo se llena de estrellas.
-Me recuerda a cuando Tina y yo veíamos la lluvia de estrellas tiradas sobre el césped del campus... era precioso.
-Los recuerdos son solo eso: recuerdos. -replica ella.
-¿Tuviste una vida mortal antes que esta? -la Guardiana se pone sobre el centro de la sala y me invita a sentarme en el suelo con las piernas cruzadas.
-Hace mucho tiempo, en otra vida, pero eso es el pasado. Céntrate siempre en el futuro Pye. -cierra los ojos y suspira.- Bien, la historia de tu madre Darkaida se remonta a muchos siglos atrás, pero tu me has hecho una pregunta específica: ¿Cómo derrotarla?
La estancia se llena de pronto de una luz cegadora y obligo a mis ojos a acostumbrarse a ella, hasta que se centra en una imagen concreta: Darkaida de joven. Era exactamente igual que ahora, sólo que tenía el pelo más corto y una gran sonrisa en la cara: era feliz.
-En ese momento tu madre aún no era reina. -aparece la imagen de un hombre alto y fuerte, parecido a mí. Tiene los ojos verdosos y el pelo rubio largo y ondulado, y lleva una lanza roja en la mano. Parece una lucha. -Esta fue la Guerra de las Mil Caídas. Se enfrentaron los ángeles los unos con los otros por culpa de las diferentes ideas de la sociedad. Tu madre iba ganando en la lucha, era una de las mejores guerreras y...
-¿Qué tiene que ver esto con lo que te he preguntado?
-Paciencia niña. Calla y escucha: << Darkaida estaba a punto de acabar con el rey de su grupo rival cuando una flecha le atravesó el brazo. Cayó de rodillas sobre la arena, envuelta en sangre y dolor pero no por la flecha, sino porque ésta estaba envenenada. Cuando estaba apunto de quedarse inconsciente, sintió como alguien le transmitía vida. >>
-¿Vida? Eso es imposible.
-Tanto los ángeles como los demonios tenemos el don de donar vida pero sólo una vez en toda nuestra existencia y para una única persona.-dijo ella proyectando aquellas imágenes.- << Tu madre había convencido al Rey de los Demonios a luchar a su lado en esta batalla, a cambio de casarse con él y este aceptó atraído por su enorme belleza. Para entonces ya eran Los Grandes, la pareja de reyes más poderosa del universo. Se suponía que iba a ser un enlace de conveniencia pero cuando él la vio tirada a punto de morir, algo se revolvió en su interior y decidió entregarle vida. Tu madre se recuperó y se hizo todavía más fuerte. Después de aquello, tu padre y ella parecían invencibles pero Darkaida se quedó embarazada y las leyes permitían su enlace, pero en el trato había quedado claro que ella no podría quedarse nunca embarazada de él, no iban a permitir que naciese una nueva raza de demonio y ángel todavía más fuerte. Eso era imperdonable. Por lo que tu madre decidió enviar a escondidas a ese niño a la tierra, lo que tu padre nunca perdonó y se volvió contra ella, cesando así la alianza de tantos años entre demonios y ángeles y convirtiendo a Darkaida en una mujer llena de odio y soledad.
-Ese niño del que hablas...soy yo, ¿verdad? -la Guardiana asiente y de pronto la proyección se apaga. -Entonces, lo que me intentas decir es que sólo han conseguido acabar con Darkaida una vez, y ni siquiera eso consiguió matarla, y fue con una flecha envenenada.
-Exacto.
-¿Y si voy a ver a mi padre?
-¿Para que se reconcilien?
-Para que me ayude a terminar con ella.
-Pye no creo que eso sea buena idea, podrías traer graves consecu...
-Está decidido: voy a ir a ver a mi padre.
-¡No puedes ir tu sola al Infierno!
-No iré sola. Me acompañará el mejor de los demonios: Belcebú. -me pongo de pie y sonrío.
-Belcebú es un prisionero.
-Haré un trato con el carcelero. He oído que nunca ha probado el chocolate del mundo mortal y que mataría por un trozo. -cierro la puerta tras de mí después de darle las gracias y me encamino hacia mi habitación: es hora de luchar.
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Foto de Darkaida en la guerra.
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Belcebú.
RomanceMe llamo Pye y en ocasiones veo angeles. Algunos me dicen que haga cosas buenas. Otros simplemente me ignoran. Ha aparecido un nuevo ángel: se llama Belcebú. Es un auténtico borde. Pero de alguna manera, ha despertado algo en mi interior, ya sea...