_Décimo Tercero.-

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NamJoon observó desde su lugar a los recién llegados, preguntándose el afán de su amigo por poseer tal joya que estaba más lejos de su alcance que nunca. Algo tan contradictorio hasta para él mismo.

No dudaba que le gustase, aunque ciertamente, el de ojos azul cobalto no era ni de cerca el tipo de persona por la que moriría SeokJin. Lo conocía tan bien que estaba seguro acertaba. Estaba de acuerdo en que el chico cuatro ojos no era feo, no, para nada, ni un ápice; Solo estaba mal vestido y demás, pero era poseedor de uno de los rostros más bonitos, que incluso él, hubiese visto.

Aún así, no lograba entender a SeokJin. Algo se quemaba entre ambos, lo supo desde que aquella malteada chorreó sus zapatos y los negros ojos de su amigo se cruzaron con los cobalto ajenos. Él estuvo allí, él precenció aquella química inexplicable que surgió de la nada, en dos segundos y sin exagerar.

Sin embargo, nada quitaba el hecho de que solo estaba siendo un juego para Kim. Lo lamentaba por el chiquillo ese, pues sabía perfectamente como terminaría todo, no era la primera vez que SeokJin engatusaba a alguien y vamos, no era algo de lo que sentirse orgulloso, pero también le daba igual. Y no sabía porqué algo le pintaba diferente acá, el matiz de todo ello era muy diferente a las otras veces. Más colorido, más estable... ¡Qué terror!

¿Será que...?

Sus pensamientos se disiparon cuando Suga llegó a su lado para informarle de la llegada de Kim, a quién él ya había notado, más se hizo el desentendido.

— Y viene muy bien acompañado — NamJoon arqueó una sonrisa siguiendo a YoonGi entre el mar de gente que era su fiesta de cumpleaños. Cerca de la puerta encontró a SeokJin junto a su tímido acompañante, que miraba hacía todas partes refugiándose en la espalda de Kim.

Había tantas diferencias entre ellos, desde luego la edad, la forma de vestir y desenvolverse. Kim era fiero, atrevido, sexy, glamuroso, sensual. Mientras que Jung todo lo contrario y eso, inigualablemente, lo hacía atrayente y difícil de pasar desapercibido para todo mundo allí. Una pequeña masita dulce y tierna en una jaula llena de puro depredador cotizado. Pero Kim era la clave; pues mientras estuviera cerca de él, nada le pasaría, nadie se acercaría. Un ganar-ganar muy básico allí.

Los saludó animado, teniendo como sorpresa la timidez de Hoseok y el no saber cómo corresponder al saludo, así que simplemente extendió su puño para que el menor lo chocase, algo muy entre hombres.

— Pensé que no llegarías...— Habló Nam fuertemente tratando de hacerse oír por sobre la fuerte música, Hoseok estaba todo desconcertado siguiendo a los mayores, especialmente a SeokJin por entre la gente. Ese lugar era... Descabellado para él, no comprendía que hacía allí.

—Ni de loco me pierdo una de tus fiestas, eres como un hermano, NamJoon — El nombrado le sonrió mostrando sus bonitos hoyuelos y siendo objeto de atención para Hoseok quién de inmediato hizo la comparación entre Kim y él, sin querer. Resultándole más atrayente SeokJin. Llegaron hasta la barra y NamJoon les ofreció tragos. Hoseok tomó su vaso temblorosamente, mirando el contenido dudoso.

— Es solo vodka, ardilla — Le dijo SeokJin, mirándolo levemente. Hoseok frunció los labios.

— Yo... No, no bebo — NamJoon le sonrió cálidamente mientras que Kim largó a reír.

— ¿Nunca has bebido, cariño? — Hoseok con sus ojos grandes y brillosos, negó. NamJoon podría morir de ternura ahí mismo —Pues hoy te probarás en el medio —Dijo animoso el pelinegro.

—Alto ahí, SeokJin, no puedes hacer eso. Si no es tolerante al alcohol no debes forzarlo — Intervino Nam.

— ¿Y ahora tú? ¿De cuando acá tanta preocupación por lo que hago? — Reprochó el azabache.

𝑴𝒚 𝑻𝒊𝒎𝒆 𝑰𝒏 𝒀𝒐𝒖. (KSJ&JH)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora