__Octavo.-

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— Concéntrate, es la segunda vez que desafinas Hoseok — Regañó su padre esta vez. El instructor ya se lo había dicho y aquellos filosos ojos que le echó su progenitor más o menos lo volvieron a la realidad, pero esta vez no pudo ni evitarlo y fue su padre quien lo regañó. Doble bochorno lo corroía— ¿Cómo quieres cantar en el coro si desafinas así? —

— Lo siento padre, tendré más cuidado—

—Solo hazlo bien — Y su padre se retiró para seguir hablando con el reverendo y colega de la iglesia.

Y Hobi quiso darse contra la pared. Estaba tan distraído últimamente, primero en la universidad con sus materias y demás y ahora con el coro. Pero aquello tenía nombre y apellido, y eso bien lo sabía Hoseok. Claro que no lo demostraría.

Viró su vista a un lado, denotando la figura de Cristo, como si la estatua sin vida lo mirase y le dijese sin hablar "Se lo que estás haciendo y si sigues así no conocerás a Dios, sino a Satanás"

Negó haciendo a un lado sus pensamientos. Llevaban aproximadas dos semanas de tutorías, tutorías que solo eran perdida de tiempo, pues, Kim realmente no estaba interesado en aprender nada dentro de las materias. Y por el contrario, solo quería hostigarlo. Por ejemplo; consiguiendo su número clandestinamente. El de su casa, claro está.

Hoseok no lo podía creer, pero tampoco había mucho que hacer pues aún si se había prometido bloquear "su" número, una fuerza extraña lo alejaba de su cometido. El castaño se imaginaba miles de medios por los cuales Kim tuvo que investigar para llegar a el, pero la respuesta más viable era que posiblemente había apostado otra ronda de sexo con la directora por el número de su casa y como este estaba incluido en su expediente escolar, la vieja bruja no dudó en dárselo. ¡Vaya cosa!

Ahora, cada tarde lo hostigaba con llamadas, que en su mayoría y para su buena suerte, habían sido contestadas por él mismo. Pero una de las primeras llamadas que dió aquel demonio, fue contestada por su madre y el muy engendro le dijo que necesitaba hablar con él, que era de suma urgencia académica y se hizo pasar por uno de sus compañeros de la junta del consejo escolar.

Su madre estaba paranoica. Hobi agradeció al cielo y toda la corte celestial por que su madre no reconoció al azabache porque, de lo contrario, como supiera que se estaba relacionando con el mismísimo hijo del Inframundo; lo llevarían al exorcista.

No tanto así. Pero conociendo a sus padres, lo obligarían incluso a tomar clases en casa con tal de que no se relacionarse con Kim

Y aquello no podía suceder. En parte, porque le daba la razón a Kim en decir que vivía en una jaulita de oro, de la cual y ciertamente, estaba cansado.

Lo evitaba lo más posible, no quería que sus amigos se diesen cuenta que lo seguía frecuentando, nadie debía saber que era su tutor y que le impartía tutoría tres horas a la semana. Aquello sería fatal. Para él y su reputación en la escuela, si de por sí todos lo evitaban por sus excéntricas creencias en Dios, que supieran que hablaba con Kim; lo haría terminar completamente solo y acusado como él morocho, de mil y una cosas.

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—¿De nuevo te vas temprano, Hoseok? — Cuestionó Tae mirándole pararse de la mesa en la que estaban sentados y tomar todas sus cosas.

— Sin nosotros, mejor dicho — Habló esta vez Jimin.

— Déjenlo en paz, debe tener cosas que hacer, ¿No es así, Hobibi?— Intervino Solar y Hobi asintió nervioso.

— Ayudaré esta tarde a mamá con el huerto, así que debo hacer pronto mis tareas para ello. Nos vemos chicos, vayan con cuidado y que Dios los proteja —Dijo rápidamente echándose a andar lejos de allí.

𝑴𝒚 𝑻𝒊𝒎𝒆 𝑰𝒏 𝒀𝒐𝒖. (KSJ&JH)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora