Parte X - El sincronizado ballet de Alfred Solomons.

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No sé qué día es hoy, ni que estoy haciendo con mi vida, así que actualizo.

✨✨✨✨✨✨✨

Levanté la mirada para ver a Clint entrando a la cocina, Inés había preparado para mi salmón al horno acompañado de papas a la lionesa, le sonreí empujando la silla verde en la mesa de diario.

– ¿Qué hace cenando aquí?

– Prefiero comer aquí – Contesté sirviéndome un poco de vino blanco – colocar la mesa del comedor para que coma yo sola es una estupidez.

– A mi parecer la duquesa de Wembley no debería cenar en la cocina de su casona – Dijo observandome con atención – ni mucho menos servirse su propio vino.

– Tienes razón, Clint, la duquesa de Wembley no debería hacer todo eso, pero también soy Carmille, la que come en la cocina – Le sonreí guiñándole un ojo a Inés, se sentó junto a mí rodando la mirada.

– Estoy preocupado – Me contó sentándose tratando de capturar mi mirada – ese hombre, no me gusta.

– ¿Cuál? – Un bocado de salmón.

– Solomons – Dijo muy seguro de sí mismo se reclinó en su silla cuando Inés le trajo un plato – sé que no me incumbe.

No pude evitar relacionar el Salmón con Solomons.

Me reí.

– Si lo hace, por su puesto que te incumbe.

– Ese hombre, Solomons – Continuó diciendo – se ve interesado en usted, al igual que el otro joven, pero Alfred, querida niña – no me llamaba así hace años, así supe que era algo serio – es un hombre judío, las familias así no permitirán jamás a una señorita como usted en su núcleo – explicó observandome con amor – la hermana del caballero vino aquí, Inés le contó todas las cosas que dijo...

– Así es – Asentí bebiendo de mi copa para observalo.

– ¿Qué sucederá? ¿Usted resistirá convivir con esa familia que la aborrecerá por no ser judía? – Me cuestionó viendome atentamente, ¿por qué Clint no entendía que yo no quería nada serio? – Si él fuera un hombre mucho más honesto, le dejaría en claro que no puede formalizar una relación con usted; o le dejaría el paso libre al señor Shelby.

Todo lo que salía de su boca era únicamente la verdad.

– Thomas Shelby es gitano, Clint – Sonreí al verlo negar con la cabeza, restregándose los ojos.

– ¿Y su familia le haría pasar por este suplicio?

Necesitaba descansar.

Necesitaba aclararme a mi misma si realmente quería algo serio, con Solomons, con Shelby, con cualquiera.

Si tenía claro que deseaba tener hijos, lo deseaba en serio, llevaba la cuenta de los días de mi ciclo, y hasta ahora había evitado estar con alguno de ellos cuando mi sexo era fértil.

¿Qué importaba?

Yo quería un hijo, quería muchos, había sido el sueño que mi esposo y yo habíamos compartido, y era mi sueño ahora, pero una mujer no puede tener hijos sin un esposo sin que sea vista de mala forma, mucho menos la duquesa de Wembley.

Había estado en la guerra, había sido herida, capturada, torturada y abusada, pero no podía tener hijos sin estar casada sin que mi apellido y mi fortuna cayeran en desgracia.

¿Quién querría tratar con una mujer que trae bastardos al mundo?

¿Quién querría negocios serios con una mujer que abre las piernas?

Us&TheDevilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora