Nunca supe quién soy, quién soy en realidad. Mi crisis de identidad es algo parecido a lo que me sucede con el color de mi cabello: en el sol, ¿Es rubio o rojizo? ¿Soy Sarah Crawford o simplemente Sarah?
Me pasó un par de veces, en realidad, que me detuve en medio de una conversación estúpida y sin importancia, y empecé a pensar. Me preguntaba a mí misma si lo que hacía era por sentirme cómoda en mi piel, o, sencillamente, para sentirme cómoda en ella mientras los demás me observaban.
Nunca me gustó ser observada, pero, a su vez, siempre necesité esa falsa sensación de grandeza, llegar a creer que de alguna manera la gente se interesaba en lo que decía, y que aprobaban y admiraban determinados aspectos de mi comportamiento.
Si antes no sabía quién era, te aseguro que ahora estoy perdida. Estoy muerta, pero no del todo. ¿Cuán loco es eso?
No sé si soy un fantasma, o simplemente la reverberación del eco de mis sentimientos. ¿Sigo siendo una persona?
No, no lo soy. No soy nada. No interfiero en el curso de la vida y eso me convierte en algo menos que el polvo, que al menos puede meterse en tus ojos e irritarlos.
Me gustaría poder meterme en el corazón de Niall y hacerle sentir el mismo dolor del que he estado padeciendo últimamente.
Un último vistazo a su habitación y rápidamente olvido esa idea. Niall ha estado muy ocupado este fin de semana.
Las botellas, no precisamente de agua o refresco, inundan la alfombra. Las colillas de cigarrillo se amontonan en medio de su mesita de noche.
Unos suaves golpes en la puerta nos despiertan: a Niall de su sieta, y a mí de mi trance.
-¿Cariño, estás bien?
La voz de Maura está cargada de preocupación.
-Déjame en paz, mamá- responde Niall, amargo.
La madre de Niall trata de abrir la puerta, pero esta está bloqueada. Veo el picaporte girar enérgicamente antes de oír un pequeño suspiro proveniente de Maura.
-Esto no puede seguir así, Niall. ¡No puede! Ya ha pasado un mes, deberías empezar a-
-¿Qué? ¿Superarlo?- la interrumpe él- no puedo creer que hables de esa manera, ¡Y de Sarah! ¡Sarah, mi maldita mejor amiga, mi hermana!
Ruedo los ojos al escuchar la palabra "hermana", ni muerta piensa en mí como en algo más. Me sorprendo al escuchar cuán egoístas son mis pensamientos.
-¡Ella querría que salieras adelante, que dejaras de sufrir!
Técnicamente, sí. Aunque me siento un poco culpable, puesto que hace unos momentos quería ver a Niall metido hasta el cuello en su miseria.
-¡Si dejara de sufrir tan pronto sería por no haberle querido lo suficiente!- grita en tono enfadado, dejándome en estado de shock.
Un largo silencio se extiende entre ellos, ninguno de los dos atreviéndose a romperlo.
Observo a Niall, quién está acostado con los brazos cruzados detrás de la cabeza. Está desnudo, una sábana le cubre las caderas y se envuelve entre sus piernas. Sus ojos están clavados en el techo, su color celeste se torna de un turquesa opaco gracias a las lágrimas contenidas.
-No confundas el sufrimiento con el amor, Niall. Puede que estén relacionados, pero, al fin y al cabo, no tienen nada que ver el uno con el otro.
Las palabras de Maura me dejan pensando. Cierro los ojos con fuerza antes de escuchar a Niall gritándole a su madre que se vaya, mientras le arroja su celular a la puerta cerrada.
Oh, Niall.
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Unfading; nh.
FanfictionNiall y Sarah se han amado desde el primer día, cuando se conocieron en el jardín de infantes. Pero la magnitud de sus sentimientos no tienen nada que ver el uno con el otro. Sarah está enamorada. Niall la quiere como a una hermana. Sarah no se ha a...