Capítulo VI

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Campamento de despedida

Habíamos llegado tarde por quince minutos, Lumi al despertar no recordó absolutamente nada y apenas se enteró de la hora tuvimos que salir corriendo de casa con nuestras maletas, afortunadamente el profesor se había quedado unos minutos extra y logramos llegar.

—Alumnos —llamó mi atención.

Ya estamos dentro del autobús al verlo quité mis audífonos para evitar llamar su atención, saqué el inhalador para meterlo en mi boca y calmar mis nervios luego me recargué en el asiento y escuchaba sus palabras.

—Gracias por escucharme, mi nombre es Jacob, soy su profesor de lenguaje así que no deberían preocuparse por hablar en su idioma natal ya sea; español, inglés y japones. Bueno, a lo que iba este es el último campamento que tendrán —mencionó—, la organización del gerente principal del colegio Universidad estatal les ofrece una cálida acogida en Fumotoppara Camp Site ubicado en la ciudad de Fujinomiya, Japón. Les deseo un buen viaje, abrochen sus cinturones y permanezcan sentados por favor.

Después de su largo discurso, el profesor Jacob hizo una reverencia antes de bajar del autobús. Ya que al ser tantos alumnos nos separaron en tres autobuses.

El primer autobús; Los alumnos de la clase de Arquitectura, por eso era el autobús A.

El segundo autobús; Ahí iban los alumnos de biología, por ello eran el autobús B.

El tercer y último autobús; Aquí íbamos los alumnos de Medicina, por ello seríamos el autobús C.

Lumi, Keyla y yo nos tocaría ir en el mismo autobús, solo que Estefany había insistido en acompañar a Lumiel y por ello, Lumi se había pasado al autobús A.

«Fumotoppara, había escuchado de ese lugar antes. Era un sitio muy amplió donde las personas acampaban dentro de sus casas de acampar o en dado caso rentaban cabañas móviles donde podían quedarse más cómodamente, serían aproximadamente 2 horas de camino desde la estación Shinagawa.»

Por desgracia Keyla le había tocado a mi lado, justo a mi lado.

—¿No había otro asiento?

—No, por desgracia.

—Me caes mal —revelé—, que desgracia, hubiera preferido que cualquiera, incluso Estefany se sentará aquí.

—Vaya, ahora las socias se llevan bien.

—¿Qué dijiste? —pregunté molesto.

—Tú, yo qué.

Lo observaba con odio, pero era inútil Keyla tenía muchos as bajo la manga sí seguía seguro terminaría golpeándolo, respiré profundamente antes de volver reacomodarme en mi asiento y cerrar los ojos un instante.

—Keyla —susurré.

Él por su parte respondió con un gruñido.

—Siento como sí —hice una pausa—, pronto fuese a morir.

Keyla al instante se giró a verme.

—¿Qué estupideces dices Darío?

—Nada que no fuera verdad.

—Sí es por lo del beso con Lumi, era de vida o muerte te aclaró —recalcó—, te pusiste a temblar, no fue mi culpa que seas tan débil ante una situación de alto riesgo.

—Merezco que me digas todo eso —suspiré—, perdona ando muy desanimado esté día, él hecho de que Lumi se vaya a casar me tiene muy desconcentrado.

—Es lo que veo —desvío su mirada—, verás en el mundo existen exactamente siete mil novecientos cincuenta y uno miles de millones de personas, mientras que tú —alargó la última letra—, estás engatusado del mismo durante cinco años.

For you: Viviendo en tu pasado ||En Edición||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora