For you: Viviendo en tu pasado ||En Edición||

XVII

No pienso perderte de nuevo. Capítulo XVII Final 1/3

Abrí mis ojos y lo primero que siento es una presión en mi abdomen intenté hablar, pero tenía mi boca cubierta con algún tipo de trapo o cinta.

¿Dónde estoy? Pensé.

Luego de hacer memoria recordé lo que había sucedido, tan pronto intenté moverme, pero al levantar mi mirada me encontré con Darío atado de la misma manera que yo, solo que él estaba completamente golpeado y la sangre escurría de su rostro.

—¡Darío! —dije, pero apenas emití un quejido.

Ya que no podía hablar.

—Lumi tranquilo —murmuró él en respuesta—, necesito... mi... inhalador.

Mis ojos se llenaron de lágrimas al escucharlo, sentí desesperación al verlo respirar con dificultad y verlo sufrir lentamente. No sabía exactamente dónde nos encontrábamos, ya que solo estábamos frente uno del otro y no había más que una fogata que nos daba un poco de visibilidad.

—Vaya —la voz de Estefany interrumpió mis pensamientos—, has despertado, bienvenido de nuevo Lumiel.

Al decirlo, se acercó a mi arrancando sin una gota de delicadeza lo que cubría mis labios, le dio un jalón a lo que me impedía hablar y apreté con fuerza mi mandíbula soltando un pequeño quejido del dolor.

—Listo, ya puedes despedirte del homosexual, ándale hazlo que será la última vez que lo mires con vida.

—¿Dónde está su inhalador? —pregunté ignorándola.

Ella me miró y giró hacía atrás observando el suelo y al devolver su mirada a mí negó con su cabeza.

—Quizá Mateo lo tiró cuando lo arrastró desde la cabaña, ¿para qué lo quieres cariño?

Respiraba rápido, sentía mi pecho elevarse repetidas veces mientras veía como ella seguía negando saber dónde estaba.

—Prometo que me iré contigo —dije entre lágrimas—, pero por favor suéltame y déjame ayudarlo.

—No me convencerás tan fácil —suspiró profundamente.

—Lumi... —habló con dificultad.

Darío apenas podía seguir respirando por culpa del asma, lo cual me desesperaba aún más.

—No... hagas... —habló con dificultad.

Jadeaba sin cesar, su pecho se comprimía y su respiración estaba más lento de lo normal.

—Te lo juro que lo haré —rogué interrumpiéndolo—, haré cualquier cosa solo te pido que me dejes ayudarlo, está sufriendo apenas puede respirar por favor.

Al decirlo, ella nuevamente se giró a verlo para encontrarse con Darío en su peor momento. Apenas podía inhalar el aire, su pecho brincaba por la falta del medicamento e inhalaba el aire a como podía hacerlo, incluso se escuchaba como su garganta estaba totalmente seca y eso era peor para él.

—Por favor —supliqué de nuevo—, no soportará más tiempo así, Estefany ten un poco de piedad por él.

Ella caminó alejándose de mí ignorándome por completo, estiraba sus brazos hacía arriba y soltaba un quejido del placer al hacerlo.

—¡Mateo! —gritó.

Esté pronto apareció frente a ella, no pude escuchar que hablaban solo miré que Mateo de su bolsillo sacó el inhalador de Darío y se lo entregó, Estefany se giró esta vez ahora caminando hacía mí y extendió su brazo mostrando el inhalador de Darío frente a mis ojos.