Prólogo

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Advertencia para él lector.

No apta para menores, se les pide discreción ante los temas tocados en mi libro, les agradezco su atención.

2019, Japón.

Eran por exacto las siete de la mañana. Darío tomaba la mano de Lumiel mientras ambos corrían en dirección al lago, era una mañana nevada y ambos llevaban en su espalda unos patines para hielo.

Darío una noche anterior había planeado una actividad sorpresa que harían juntos por su tercer aniversario.

Ellos eran novios desde los catorce. Su historia de amor era inigualable, Darío era un español viviendo en Japón desde los cinco años y Lumiel era un japones que amaba la cultura española y eso fue los unió. Sus padres eran muy unidos y eso les facilitaba el hecho de poder verse a diario e incluso que pudieran dormir en la casa del otro sin problemas, su vida era simplemente perfecta.

—Te encantará Lumi —le dijo.

Lumiel no muy convencido puso un pie encima del hielo, una vez que ambos ya tenían sus patines puestos Darío se deslizó hasta llegar a donde él chico de cabello rubio se encontraba.

—Tengo miedo —susurró—, es la primera vez que hago esto.

—Estoy contigo, no tienes porque temer —le respondió sonriendo a la vez.

Darío tomo ambas manos del chico y con ayuda de sus pies se deslizó haciendo que Lumiel también se deslizará a su paso, era divertido para él ver como sus pies se deslizaban al mismo unísono que su novio.

—Es divertido —sonrió emitiendo una risita—, ¿no es así?

Lumi suspiró, el vaho salía de sus labios al apenas suspirar hacía demasiado frío y eso lo ponía más tenso.

—¡Sí! —una sonrisa se dibujo en sus labios—. Keishi, esto es asombroso.

Poco a poco fue dejándose llevar por la diversión, a pesar que Darío no lo soltaba, él se deslizaba con facilidad y reía al ver que poco a poco lo hacía mejor.

—Quiero hacerlo yo solo —le dijo, soltando el agarre de sus manos.

—Lumi ten cuidado, no deberías confiarte tanto —no muy conforme ante ello aceptó.

Lumiel se quedó quieto un momento, luego de ellos movió sus pies de la misma manera que había visto a Darío y logró patinar por si mismo lo cual lo hizo sentirse orgulloso. Darío observaba con cautela, explicándole que debía hacerlo con tranquilidad y no excederse.

El móvil de Darío vibraba dentro de su bolsillo, al solo sacarlo la pantalla mostró que era su suegra quien le llamaba.

—Hola, tía Hina —respondió—, sí Lumi esta aquí conmigo estamos patinando sobre el hielo, yo le estoy cuidando —explicó.

Solo unos segundos había descuidado a Lumiel y volteó a verle al escuchar que gritó.

—Mírame Keishi.

Lumiel se había alejado unos cuantos metros y con su propio peso se inclino hacía donde estaba su novio dejándose llevar por la adrenalina, él lo observaba con preocupación y le pedía que esperase, pero Lumiel sonrío dejándose por la diversión que sentía en ese momento, sus patines no se detuvieron y seguían deslizándose sobre el hielo, Darío presentía que algo malo pasaría al verlo venir a tal velocidad y lanzó su móvil hasta la orilla del lago sin cortar la llamada con su suegra.

—¡Lumi, cuidado! —gritó.

Al mirar los pies de su novio observó que uno de sus patines se había desatado, eso hizo que él mismo Lumiel dirigiera su mirada a sus pies y perdiera el equilibrio, se tambaleo un poco logrando quedarse de pie, pero una pequeña rama que se atravesó en su camino fue la perdición.

—¡Lumiel! —gritó desaforado.

Trató de zafarse, pero por desgracia fue demasiado tarde, terminó resbalando inesperadamente y cayó de espaldas, el estruendo de su cabeza golpeando duramente contra el hielo fue lo que hizo a Darío desesperarse al ver la sangre rodear su cuerpo y a cómo pudo movía sus pies tratando de correr, pero sus patines lo hicieron resbalar y caer de boca contra el hielo.

Sangre escurría por su boca, pero no se comparaba con el charco de sangre que rodeaba a Lumiel, se arrastró hasta él a como pudo logró tomarlo por sus mejillas llamándolo una y otra vez, los ojos de Lumiel se entrecerraban y solo escuchaba los gritos desgarradores de Darío pidiéndole que no cerrará sus ojos.

Con esperanza Darío gritaba, una y otra vez mientras quitaba su funda para envolver la cabeza de Lumiel tratando de hacer que la sangre parase, hasta recordar que su móvil estaba a unos cuantos metros de donde estaba él. Miro a Lumiel y con el dolor de su alma lo dejó encima de su propia sangre y arrastrándose de nuevo usando sus rodillas a pesar de lastimarse ante cada gateo no le importó, con mucho esfuerzo llegó al borde del lago tomando su móvil y llamando a sus padres.

—E-Es Lumi, mamá por favor, vengan rápido se ha caído y está inconsciente.

Con desespero quitaba cada uno de sus patines y los lanzaba encima del mismo lago al quitarlos, caminaba lentamente evitando resbalar, el vaho salía de su cavidad bucal cada vez que respiraba, justo a solo un metro de llegar a hasta donde estaba tendido Lumiel unas grietas enormes comenzaron a extenderse y ese sonido lo paralizo.

El peor error que pudo cometer fue lanzar esos patines tan filosos sin precaución, el filo de los mismos golpeó el centro de todo el lago, Darío por el desespero no pensó antes de actuar y al escuchar el sonido de la agrietamiento expandirse con rapidez, volteo a ver a Lumiel quien seguía tendido a un metro de él, gritó con todas sus fuerzas y corrió a donde estaba Lumiel, pero está vez el lago glaciar se hundió dejándolos caer al agua fría de golpe.

Y desde ese momento, lo último que miro Darío fue el cuerpo de Lumiel caer al agua fría y pronto escuchó a los guardabosques venir en su llamado, eso fue lo último que recordó.

Romance entre dos chicos, historia creada por mí, pasado de ser un fanfic a una realidad espero que les guste tanto como a mí. La historia será narrada en diferentes puntos de vista, por ejemplo; Primera persona, segunda persona y tercera persona que es lo que normalmente suelo utilizar en mis libros, espero que disfruten la lectura. 12.04.2024.

For you: Viviendo en tu pasado ||En Edición||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora