XII

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Siempre habías sido tú. Capítulo XII

Séptimo día de campamento. Estaba más que preparado para mudarme con Lumi.

—Suzuki, estarás con Wilde —mencionó—, Escotet irás con Jones, la antigua compañera de Kiritani, entonces los equipos quedan completos muchachos pueden retirarse.

Estefany negó.

—No aceptaré estar con Jones —dijo firmemente—, yo me quedaré con Lumiel, haga lo que haga estaré con él.

—Lo siento —él profesor cerró su cuaderno—, ya han ido por tus cosas, será mejor que estén separados por el momento ya que no quiero más problemas.

—Gracias profesor Jacob —hizo una reverencia—, pasamos a retirarnos.

—¡TÚ MALDITO HOMOSEXUAL NO IRÁS A NINGÚN LADO! —gritó. Tan fuerte que retumbo en mis tímpanos.

Estefany se abalanzó contra mí, golpeándome por todo mi rostro y torso, yo intenté no meter las manos hasta que él mismo profesor la tomó por su cintura y la abrazó contra su cuerpo deteniendo así su ataque de irá.

—¡Escotet! —gritó firmemente—. No voy a permitir que uno de mis alumnos insulte a su compañero frente a mí.

Ella forcejeaba, intentando soltarse del agarré del profesor, Lumi se interpuso en medio de ambos dejándome a su espalda.

—La última advertencia Estefany —comentó. Eso la hizo cesar—, sí vuelves a golpear a Darío-san, no responderé y creo te enteraste perfectamente que hice la última vez que alguien lo ofendió.

—Golpéame, sí eso quieres hazlo maldito estúpido —alegó—, vas acordarte de mí, lo harás y muy pronto estarás conmigo de vuelta.

Jacob movió su cabeza de arriba abajo, asintiendo que todo estaría bien a lo que yo sonreí un poco.

—No, gracias prefiero estar solo —susurró—, o quizá no tan solo.

—¡Te odio Seichi! —gritó su nombre—, ¡TE ODIO!

—Yo más escote —gritó de vuelta—, oh, perdón es Escotet.

Con ello, Lumi me sacó de la oficina del profesor. Se escuchan los gritos de Estefany maldiciéndome o maldiciéndolo a él.

—¿Qué pasará sí mi tía se entera de ello? —pregunté.

Justo cuando llegamos a nuestra cabaña.

—Ya me llamó —respondió abriendo la puerta—, pero me doy cuenta que ella no debe meterse en mi vida, ya fue suficiente.

—¿Te sucede algo? —dije a sus espaldas—. Te miras muy, diferente.

—Solo estoy siendo yo mismo Darío-san —giro a verme.

Sonrío de la manera más hermosa posible, entendí a la perfección el por qué él seguía siendo el amor de mi vida.

—Me gusta eso.

Seguí sus pasos, adentrándonos en lo que ahora sería nuestro lugar para descansar los próximos días.

—Primero lo primero —coloqué una mascarilla en mi rostro—, una buena limpieza y reacomodar todo esto, ir al pueblo para lavar la ropa y luego cocinar algo rico allá.

—Me gusta la idea Darío-san.

—¡Surprice!

Keyla y Scarlette, ambos salieron del baño de la cabaña junto a sus mascarillas, guantes y mandiles.

—¿Qué tanto tiempo llevaban ahí? —pregunté sonriendo.

—¡Qué linda bienvenida! —dijo sonriendo alegremente.

For you: Viviendo en tu pasado ||En Edición||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora