Ayer fue el último día de clases y comenzaron oficialmente las vacaciones, no más universidad por lo que resta del invierno. Ya todo el mundo está ansioso por celebrar las festividades. Cada año voy con mis padres a pasar la navidad en la granja de los abuelos en Virginia, pero este año será diferente, aunque Jacob y yo aún no hemos hablado de ello, tengo claro que donde estemos juntos será suficiente.Estos días han bastado para comprender que tenía una idea equivocada de él, si bien es rico y con un estatus socioeconómico envidiable, contrario a lo que yo creía no es el típico que alardea de ello a la primera oportunidad. No intenta demostrar nada a pesar de que su familia es poderosa.
Y llegué a la conclusión que quizá por eso después de pasar largas horas fuera, de las interminables juntas y videollamadas o comidas con personas a las que ni siquiera admira; es que siente esa necesidad de llegar a casa, cambiarse de ropa y por fin poder ser él mismo. Estoy reaprendiendo lo que creía saber de él.
Esta noche antes de que pudiera salir a recibirlo ya estaba en la cocina y su cabeza descansaba en mi hombro tan tranquilamente que soltó un ligero suspiro liberador.
—Todo es más fácil cuando estoy contigo— me siento mal porque no escuché siquiera de que estaba hablando antes, pero elijo quedarme con esa última palabra.
Un beso en las clavículas bastó para que mis piernas temblaran como gelatina.
Me gustaría decir que para mí también es así, pero me distrae y justo en este momento estoy preparando la cena, quiero impresionarlo y su presencia aquí lo hace todo más difícil; me pone nerviosa que me vea cocinar así que le pedí que me ayude. Me arrepentí en cuanto vi que el pobre es tan lento y no tenía ni idea como debe cortarse una cebolla, me causó entre ternura y desesperación.
—¡Por dios! ¿Qué voy hacer contigo?
—Puedes empezar por quererme— levantó las manos orgulloso de su desastre, esa media sonrisa no me iba a convencer esta vez.
—Ni empieces, ya soy inmune a tus coqueteos— dije muy segura de mí misma.
—¿Segura?
Enseguida coloque la masa sobre la barra y empecé a cortarla como me enseñó mi abuela, espero no arruinarlo. Delicadamente fui formando los ravioles, sin previo aviso Jacob deslizó su mano sobre la mía que permanecía extendida encima de la masa y hundió sus dedos entre los míos ejerciendo una presión muy "particular", y me paralicé. Definitivamente aún no soy inmune a él.
"¿Fue acaso una insinuación?" Mi respuesta llegó enseguida, se pego a mí casi obscenamente y mordisqueó muy suave el lóbulo de mi oreja.—No tenía idea que sabías cocinar así mmhh.
—Rivissi es mi apellido ¿recuerdas?, segunda generación de inmigrantes italianos.
—¡Cómo olvidarlo!— y me dio un besito en la mejilla.
—Últimamente estás muy amable ¿sabes?
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Forever. You said.
RomanceSiempre hablan de cómo el villano consigue a la chica. pero nunca, de cómo una chica cautiva a un villano. Una mala decisión llevo a un encuentro, que partió en dos mi vida.