Capítulo XVII

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Jacob POV

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Jacob POV.

Apoyé mi cuerpo sobre el marco de la puerta, ella estaba sentada en el vanity con las manos reposando en sus muslos, retraída, pensativa, inmóvil, no se porque una parte de mí estaba nervioso de que se fuera a arrepentir pero la otra confiaba en su palabra, ya me había demostrado su honestidad. Algo que yo no merecía. No estaba siendo del todo sincero con ella, pero no era el momento de hablarlo.

Había tres cosas de Anya que yo no lograba entender:

Primero tenía la capacidad para sacarme de quicio con lo obstinada que es, ya fuera poniéndose en peligro o menospreciándose todo el tiempo. Al principio no sabía si lo hacía a propósito para que yo la animara o realmente no tenía idea de quién era y el magnetismo que había en su presencia.

El segundo era justo su inocencia, podía ser muy santurrona y eso me divertía. En el fondo creo que esa inexperiencia es muy atractiva. La mayoría de las mujeres que me rodeaban tenían muy claro lo que obtendrían y no se esforzaban, les bastaba con estar "ahí" y pasarla bien.

El tercero me ponía en aprietos porque estaba despertando un lado mío que había enterrado, me hacía sentir vulnerable, me importaba lo que pensara de mí. ¿Estaba queriendo ser una mejor persona con ella o por ella?

Ahora mismo no reaccionaba y me llenaba de dudas no poder saber qué había en su cabeza.

¿Qué pensó anoche cuando me vio así?
¿Qué había detrás del beso?
¿Por qué se detuvo? Acaso se arrepintió porque no reaccioné pronto.
Me gustó que tomara la iniciativa y que esta vez no hubiera una gota de alcohol de por medio.

Sin importar lo que sintiéramos ya era tarde para dar marcha atrás y yo necesitaba ese matrimonio más que ella. Si ya creía que lo peor sería la boda no imagino como reaccionará cuando sepa lo que sigue. Estar tramando las cosas sin consultarle era necesario, tendría que soportar mi presencia, mis decisiones, al final valdría la pena.

Quería hablarle, preguntarle cómo estaba pero no era la mejor idea cuando fui yo quien la metió en esto.

Es impresionante como vuela el tiempo, hace dos meses apenas la conocí y hoy sería mi esposa. ¿Por qué ella? Esa era la pregunta que me habían hecho casi todos, hasta mi madre y mi respuesta era la misma, porque no habría nadie mejor para esto.
La única que no cuestionó nada fue Kristin y mejor así, era la menos indicada para opinar sobre mi vida, ella tenía la culpa de todo. Sino hubiera sido una cobarde nuestras vidas serían distintas y no estaría arruinando a una pobre chica, no me gustaba usar la palabra, aborrecía el matrimonio. 

Miré el traje sobre mi cama y comencé a prepararme, mi teléfono sonó y pude ver los mensajes de felicitación, encima de esas notificaciones había dos llamadas perdidas de mi madre. No hemos hablado desde la última discusión, y no pienso hacerlo ahora. Sería un día largo y no tenía tiempo que perder en eso, aún tengo cosas que explicarle a Anya. 

Forever. You said.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora