Siempre hablan de cómo el villano consigue a la chica. pero nunca, de cómo una chica cautiva a un villano.
Una mala decisión llevo a un encuentro, que partió en dos mi vida.
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Jacob POV.
Estoy de pie en la terraza de uno de los rascacielos más altos del mundo, con una vista envidiable y desde aquí puedo mirar las tragedias mundanas sin hacerme un rasguño, suelo venir aquí cuando tengo un bloqueo y no consigo avanzar en mi proyecto.
Una de esas tantas veces que estaba atascado con un lienzo en blanco o un rollo vacío vine a cenar y tuve un encuentro que me hizo creer que mi suerte podría cambiar. Al principio solo intercambiamos miradas, la táctica era muy simple, hacerle sentir que me sedujo cuando en realidad fue al revés.
Suzanne no fue la única mujer con la que intenté olvidarla pero sí a quien más le hice perder el tiempo en el intento.
Después del día que discutimos y Anya se fue de la casa, pasé por varias etapas: la primera fue esperanza; estaba muy seguro que en algún momento ella volvería y arreglaríamos la situación. Esos días se volvieron semanas y sin darme cuenta ya estaba en la segunda fase, la de desesperación; no respondía mis mensajes, después bloqueó mi número cuando la llamé en año nuevo. Estar incomunicados me estaba volviendo loco, fue en ese momento que toqué fondo y comenzó la última fase, quizá la más patética de todas; la humillación, en ella cometí muchas estupideces.
Comencé a mandar regalos y arreglos florales a su trabajo y la casa de sus padres pensando que se compadecería de mí o por lo menos me contactaría para reclamarme. Después me atreví a enviarle aquella pieza que yo mismo hice y le había gustado tanto, me la devolvieron en la compañía de mensajería porque nadie quiso hacerse responsable. Entré en pánico, deambulé por los lugares que ella solía frecuentar sin obtener resultados.
Cuando más triste estaba comencé a plantarme frente a su trabajo antes de pasar a la oficina con la única ilusión de encontrarla, pero por supuesto eso no sucedió. Debió ser la más nefasta de mis decisiones porque al final de ese primer mes del año, uno de sus compañeros, el tal salió del establecimiento con toda la intención de correrme de ahí.
—Oye, no debería decirte esto pero créeme, es muy cansado verte aquí todo los días con esa cara de mártir. No vengas más, no pierdas tu tiempo, se acabó.
—¿Ya no trabaja aquí?
—Renunció y se marchó de la ciudad.
—¿a dónde fue??
Lo agarré por el cuello de la camisa con el propósito de intimidarlo y ver si así podía obtener la información completa.
—No lo sé pero me alegro mucho. No importa a que lugar se fue, entre más lejos se encuentre de ti será mejor para ella.
Después de soltar esa bomba se largó y me dejó ahí.
Estaba muy molesto y dolido, sabía que era mi culpa pero el desamor es uno de los peores sentimientos y era mi peor pesadilla hecha realidad.
