Capitulo 13

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—Max, ¿Por qué no me habías contado acerca de tu nueva amistad con Bradley?—Goofy estaba curioso, no entendía la razón de su hijo para contar tan importante hecho.

—No sabía como decírtelo—admitió tomando un sorbo de café mientras jugueteaba con sus dedos.

—Pero... ¿Realmente se disculpo contigo?— Goofy tenía que saberlo, si había mentido con eso estaría muy molesto.

—Pa... relájate, Bradley se disculpo conmigo, las cosas entre nosotros están bien, el mismo fue quien vino conmigo a pedirme ser parte del equipo.

—Es solo que, no me fio, no hasta asegurarme de que no planee nada contra ti Maxie— La preocupación de Goofy era razonable, como la de cualquier padre, pero genuinamente Bradley no tenia malas intenciones.

—Bradley de hecho, es... lindo— Max rápidamente se arrepintió de su elección de adjetivo. —Quiero decir, es una linda persona, una vez que lo conoces.

Goofy alzo la ceja, tenia la habilidad de leer a su hijo con tanta facilidad, incluso cuando decida ignorar deliberadamente cosas como que a veces lo avergüenza o que quisiera espacio para el. Goofy conocía a Max, y el hecho de que se sonrojara con aquella oración hizo que las cosas comenzaran a tomar sentido.

—¿Te gusta?—al oír la pregunta tan directa, Max sintió como le café que tomaba se le salia por la nariz de la impresión, rápidamente empezó a toser.

—¿Qué dices?— Goofy rápidamente le paso una servilleta y paz calmo su respiración mientras se sonaba la nariz.

—Entendí mal Maxie—mintió, tal vez Max no estaba listo para hablar de eso, eso que Goofy ya sabía desde que desarrolló una obsesión insana con Powerlife en la pubertad. No había nada que lo haga sorprenderse en el hecho de ver a su hijo dormir en una habitación tapizada de un hombre con el que aparentaba tener un celebrity crush.

—Claro, no te preocupes — Max trato de cambiar de toma con todas sus fuerzas.—¿Qué tal tu malteada?

Goofy quien a diferencia de Max no le gustaban las cosas amargas, asintió con satisfacción.

—Es una buena malteada—Goofy tendría que asegurar la paz mental de su hijo.

—————

Max se encontraba tocando la puerta de la hermandad de Bradley, eran alrededor de las 8 de la noche y por fin había logrado safarse de su papá.

—¿Max?—Bradley lucia sorprendido, como si en hecho de que fuera Max fuera tan rara posibilidad .

—¿Esperabas a alguien más?— habría prometido a si mismo, no ser tan celoso, pero Bradley se la ponía difícil.

—No esperaba a nadie— mintió Bradley, dedicándole una sonrisa.

—¿Y los Gammas?

—No están.

—¿Y vas a dejarme entrar?—Bradley fue consiente de que seguía parado cubriendo el marco de la puerta, después de las palabras de Max, intuitivamente se paro a un lado, avergonzado. — Gracias, supongo.

—Perdón— Bradley cerro la puerta, y en cuanto la cerro, sintió como Max lo tomaba de la camisa que llevaba para acercarlo a el, aferrandose con fuerza a su cadera.

Sentía como sus manos iban más allá de sus caderas y bajaban hasta su trasero, Max comprobó que los rumores eran ciertos. Bradley tenia un culo espectacular.

—Eso es nuevo— el corazón de Bradley comenzaba a latir, le gustaba que Max cada vez estuviera menos cohibido de romper su espacio personal.

A TU MERCED // MAXLEYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora