Max le mando un texto a Bradley en la noche, no fue respondido, Max pensó que debió haber llegado a dormir.
Max le mando otro texto a Bradley en la mañana, ni siquiera le llego.
A pesar de eso había quedado en que el Cremanata pasaría por el, espero a Bradley desde las 8 de la mañana, dieron las 9, las 10, las 11.
Lapso de tiempo en el que le llamo al menos 20 veces, y enojado decidió desayunar cereal.
¿Por qué otra vez lo ignoraba? No había hecho nada mal, según el. Lo único que se le venia a la mente era el "mi amor", tal vez lo había agobiado la palabra amor, pero no lucía incomodo, pero ¿Qué tal que si? Seria una mierda, porque literalmente eran novios. A ese punto no debería sentirse cohibido a ser lindo.
Pero ¿entonces que pasaba? ¿Se habría quedado dormido? No había forma, Bradley siempre madrugaba. Tal vez estaba sobre pensando mucho pero no le encontraba explicación por ningún lado.
Harto, finalmente tomo su patineta y se dirigió hasta la casa Gamma, aunque todavía no estaba lo suficientemente cerca logro notar el auto de su novio, así que o estaba ahí, o no estaba muy lejos.
Al llegar a la entrada toco la puerta, pasaron unos segundos antes de que esta fuera abierta, deseo con todas sus fuerzas que quién abriera fuera Bradley, pero no, la puerta fue abierta por Tanque, quien rápidamente al verlo le tendió la mano para un apretón.
—¡Max! Que gusto verte— saludo dándole el apretón y una palmada en la espalda.
—Hola Tanque— devolvió con una mueca, por la molestia de no encontrar a Bradley. Pero disimulando un poco, Tanque se limito a alzar las cejas de forma picara.
—Lo secuestraste anoche, ¿verdad?— preguntó Tanque golpeándole o hombro suavemente, Max puso cara de confusión.
—¿Qué? —Max frunció las cejas ante el chiste que solo Tanque perecía entender, este carraspeo un poco antes de contestar.
—Bradley, se quedo contigo anoche ¿no?— Pregunto, buscándolo con la mirada— Por cierto ¿Dónde esta?
—No...No sé dónde esta...—Admitió avergonzado y pudo ver como la cara de Tanque también tomaba una cara de preocupación.
—Mierda, no llego a casa anoche— Max sintió el corazón hundirse ante las palabras de Tanque.
—¿Cómo que no llego?— la voz le estaba temblando un poco.
—Pensé que estaba contigo, considerando que...—Tanque hizo una pausa.
—¿Considerando que?—
—Pues que andan, pensé que tal vez la noche se extendió —explico alzándose de hombros, como explicando lo obvio.
—¿Tú sabias?—Max abrió los ojos completamente, conmovido por el acto que había tomado Bradley, lastima que no era un momento que pudiera gozar.
—Yo siempre supe —claro que Tanque nunca supo, pero le gusta pensar eso, como si fuera un genio del romance.
—Pero entonces Bradley...
—No me contesta el teléfono
—A mi tampoco—
Max comenzaba a desesperarse, cambio el enfoque de su confusión y se convirtió en pura preocupación. Se arrepintió enormemente de no haberlo acompañado hasta la puerta de la hermandad, ¿Qué tal que le había pasado algo?
La ansiedad se comenzó a apoderar de el y Tanque se dio cuenta, tocándole el hombro para sacarlo de su trance.
—Haremos esto ¿Ok? ¿Cuáles son los lugares en los que piensas que podría estar?
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A TU MERCED // MAXLEY
RomanceBradley tiene una nueva oportunidad de recuperar su estatus, aun si eso implica perder su orgullo ante Max. Quedando a su merced, estará dispuesto a todo.