capítulo 1: ticking away

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"¿Por qué sigo jugando con el tiempo mientras se me está escapando? Pregunto, ¿por qué corremos por nuestras vidas sin un segundo que perder?" (Ticking Away – VALORANT, Grabbitz, bbno$)

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Tengo un recuerdo vívido de cuándo era niña. Mis padres y yo a la orilla de la playa llena de turistas, en las vacaciones de verano del año 2005, mientras hacía castillos de arena y mi madre tomaba la bolsa de cuero en la que tenía los banchan; los platillos de acompañamiento coreanos con los que comeríamos nuestro almuerzo en la arena. Recuerdo la expresión y los comentarios de desagrado que hacían los norteamericanos a nuestro alrededor, sobre el olor del kimchi casero que mi abuela paterna nos preparó para nuestro viaje.

Abro mis ojos, viendo al grupo de chicas caucásicas comiendo barbecue coreano. Ríen y disfrutan la comida, pero me llevan de vuelta de nuevo a cuándo estaba en la escuela, y las chicas populares fingían vomitar mientras almorzaba mi kimbap. Por que ahora, Corea del Sur es el país de moda, y su comida y entretenimiento es el nuevo boom económico.

Qué ironía.

—¿Yoon?

Levanté la mirada, encontrándome con mi nuevo empleador. Me dio la mano, inclinándonos brevemente.

—Mucho gusto, hola—comenzamos a hablar en coreano, para evitar que los oídos ajenos entendieran nuestros negocios, y le sonreí para crear un ambiente cómodo.

—Un placer, por favor siéntese—me señaló la silla con la mano. Me senté de nuevo, mirándole en silencio. Tomó el menú, para tener algo que hacer mientras conversábamos—. Puede pedir lo que quiera, señorita Yoon, yo pago la cuenta hoy.

Asentí con la cabeza, frunciendo los labios.

—Gracias, señor Yoon—sonreí—. Es gracioso, compartimos apellido. Como la mayoría de los coreanos.

Rio suavemente, asintiendo.

—Es cierto. Representante Yoon y artista de maquillaje Yoon, será difícil para ellos.

Suspiré, haciendo señas a la camarera.

—¿Puedo traerles algo para tomar mientras leen su menú? ¿O están listos para pedir?—me sonrió la chica.

—Estoy lista para pedir. Bibimbap de carne y una cerveza para mí, por favor.

Necesito no pensar, no arruines esto, Brooke.

—Yo pediré ramyeon. Muchas gracias—el señor Yoon le entregó el menú a la camarera, igual que yo, para luego mirarme—. Señorita Yoon, tenemos que hablar sobre sus deberes y limitaciones como nuestra empleada a tiempo completo para la empresa.

Asiento.

—Sí, no quisiera ir a ciegas en el trabajo, a pesar de que he tenido empleadores similares antes, nunca uno de esta magnitud y nunca con una paga tan buena.

Aunque, si lo pensaba bien, el dinero no me haría mucha falta de todas formas.

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Nueva York era ruidoso. Demasiado para mi gusto. Mi piel cosquilleaba con la sobrestimulación, el sonido de mi equipaje y equipaje de trabajo, y la multitud que se arremolinaba frente al hotel donde tendría que estar me tenían algo ansiosa.

Dentro, me registré en el hotel para poder obtener mi llave y dejar mi equipaje. Caminé hasta el pequeño mostrador de bebidas complementarias, y me preparé un café.

Era el peor café que había probado en mi vida, pero me lo permití cómo último capricho.

—¿Eres Brooklyn Yoon?—escuché una voz femenina a mi lado. Una chica asiática, vestida con una simple camiseta negra sin estampado y jeans, me sonreía.

바래요 (hopeful) - bangchan (stray kids) (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora