capítulo 8: quédate

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"Cuando una noche tan hermosa cómo tú cae, en este mundo de sueños cierro mis ojos, y silenciosamente sueño contigo." (Good Night – EXO)

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Hannah siempre tuvo razón.

"A una chica como ella no se le enamora de la manera cursi en la que tu cerebro funciona. Sé directo con ella, es la única manera de hacer que te note", "no entiendes, Chris, eres muy tonto. Siempre las chicas caen por ti, pero esa tal Brooke no suena estúpida, tienes que ser creativo".

Creativo.

Esa siempre fue la solución, y nunca lo vi. Vivo de la creatividad, y de reinventarme a diario en mi carrera, pero no noté que esa era la solución tan fácil frente a mis ojos cuando se trataba de la chica que me tenía enamorado.

¿Estaba enamorado? No lo sé. No lo sabía aún. Pero hace mucho que crucé la línea borrosa entre la atracción y el amor, quizá estaba en algún punto medio. En el punto de "quiero a Brooke a mi lado todos los días, lo más posible", pero estaba estancado en el "nadie puede enterarse que nos gustamos".

Había mucho en juego aquí. Mi carrera de muchos años, y la suya que recién comenzaba.

En las cuatro semanas que pasaron luego de nuestro beso, tuvimos algunas citas. No le poníamos nombre aún a lo nuestro, creo que aún estábamos intentando tantear el terreno. Pero definitivamente la atracción estaba ahí, tangible entre los dos. Así que tomamos esas citas secretas para conocernos un poco más.

Aprendí que Brooke era una mujer muy determinada, y que tras la máscara de su depresión, había una chica con un sentido del humor negro y sarcástico, y temerosa de amar. Era perceptiva, generosa a su calmada manera cuando te la ganabas, y persuasiva. Para muchas cosas, era independiente, pero en otras, noté que quería depender de mí. No me molestaba en lo absoluto. Depender de tu pareja no era algo que encontraba negativo, me gustaba que la gente dependiera de mí.

Quizás eso venía con el paquete de "miembro mayor de un grupo K-Pop".

También aprendí que Brooke le tenía miedo a los insectos, sobre todo a las mariposas. Decía que las polillas no la asustaban, cosa que era irónica. Me reí a carcajadas la primera vez, pero luego le expresé que era lindo que ella estuviese llena de contradicciones.

Brooklyn Yoon era una caja de sorpresas, y estaba ansioso por indagar más y descubrir otras facetas de ella con el tiempo.

—No tiene sentido—susurró, vaciando la bolsa de chispas de chocolate en el bol con masa de galletas—. Las chispas de chocolate tienen que medirse con el corazón.

—Pero la receta dice que es una taza, cariño...—murmuré, sonriente. El microondas de su departamento sonó con un beep, lo abrí rápidamente, sacando la taza de café con la mantequilla derretida—Está caliente, cuidado.

Con un brazo abracé su cintura, quitándola de enfrente del bol metálico. Vacié la taza, la mantequilla humeante sobre la mezcla.

—Las galletas saludables son asquerosas—frunció el ceño, acercándose para mezclar todo—, piénsalo, ¿para qué quieres comer unas malditas galletas de proteína?

Solté una carcajada.

—Brooke, estoy a dieta, estamos promocionando la canción y necesito mantener mi peso estable—me reí en voz baja, lavando los platos.

La cita era en su pequeñísimo departamento, que pudo permitirse con su primera paga de la empresa. Vivía de la comida de conbini y café de la cafetería más barata de la cuadra. El resto del dinero, me dijo, lo ahorraba para sus padres.

바래요 (hopeful) - bangchan (stray kids) (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora