capítulo 14: pesadilla

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"Estoy en la cima, y estoy perdiendo mi cordura, las pesadillas comienzan a volverse mi realidad. (...) Eres el monstruo bajo mi cama, no sé qué tanto más pueda aguantar mi mente. Mis pesamientos se volvieron contra mí. Si estoy despierto, ¿entonces por qué no puedo hablar?" (Nightmares – Until I Wake)

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Tragué saliva pesadamente, mientras Hannah me arrastraba dentro del centro comercial con ella tomándome de la muñeca. Detrás de mí, venía un Chris bastante confundido.

Hannah quería tener un día de chicas conmigo, pero su madre convenció a Chris de que nos acompañara. Decía que nos serviría por si acaso algo pasaba, pero no quise contradecirla al refutar que Chris podría causar que algo pasara. Era el hijo famoso de la familia, y el pop coreano ahora era mainstream.

Intenté recordar lo que Chris tanto me decía. Estaremos bien, estamos en Australia. Pero no podía sacudirme de encima ese sentimiento de que algo iría mal. Creo que tenía ansiedad de salir fuera del lugar seguro que era su casa.

—Brooke, ¿te gustan los pretzels?—preguntó Hannah caminando a mi lado, le di toda mi atención—Venden unos pretzels artesanales en una tienda por aquí extremadamente deliciosos, por allá está la tienda de maquillaje que te dije—señaló la tienda, seguí la dirección de su dedo mientras subíamos por las escaleras eléctricas.

Sentí la mano de Chris en mi espalda, me giré un poco para verle detrás de mí en los escalones de abajo. Me sonrió de forma relajada.

—Hannah, ¿quieres que espere en algún lado por ustedes?—preguntó con ceño fruncido—Creo que un día de chicas les caería bien a ambas.

Hannah le sacudió la mano en el aire, como si lo espantara.

—Dale tu tarjeta de crédito y volveremos en una hora.

Dimos todos un paso fuera de las escaleras eléctricas, caminando mientras seguíamos a Hannah. Intenté relajar mi quijada, tensa por la ansiedad, así que tomé la mano de Christopher y la apreté, el frío de sus pulseras metálicas pegándome en la piel del brazo.

—¿Estás de acuerdo?—musitó, agachándose sobre mi rostro mientras caminábamos. Levanté la mirada y me encontré con sus ojos castaños estudiándome, sus bonitos labios gruesos fruncidos.

Miré sus ojos de nuevo al darme cuenta que Hannah nos miró, y luego se volteó, incómoda.

—Sí, creo que puedo ayudar a Hannah a comprar lo que necesita y volveremos por ti.

No dijo nada, se sacó la billetera y la metió en mi bolsa de mano.

—Es la tarjeta dorada, no necesitas clave. Hannah, yo pago todo hoy, ¿sí? Guarda tu dinero para cuando vuelvas al próximo semestre de la universidad—le tocó el brazo con el dedo, llamando su atención.

—¡Gracias, Chris!—le sonrió ella, parando el paso para alcanzarnos y tomar el brazo de su hermano, yo del otro lado tomando su mano en la mía. Intenté mirar por delante del pecho de Chris hacia Hannah, ella movió sus labios dramáticamente en mi dirección y los leí. "Vámonos".

—Chris, ¿estarás bien esperándonos por una hora?—le pregunté, frunciendo el ceño.

—Sí, iré al Starbucks a sentarme a trabajar en la canción que te mencioné—asintió.

—Bien, ¡adiós!—cantó Hannah, soltándolo y obligándome a ir con ella. Me reí cuando corrió conmigo lejos de él, que se quedó paralizado viéndonos.

—¡Te traeremos un pretzel, mi amor!—grité antes de verle desaparecer entre la multitud mientras negaba con la cabeza y se giraba en la dirección contraria por el pasillo.

바래요 (hopeful) - bangchan (stray kids) (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora