바래요 (hopeful) - bangchan (stray kids) (+18)

capítulo 19: el vacío me grita de vuelta

"Desapareciendo en la obscuridad, te has ido. Espera, no te escondas de mí de nuevo. Estás luchando, pero incluso si te hundes, está bien. Encuentra tu camino de vuelta a mí en las olas. No soy mucho sin ti, el día y la noche no importan, delicadamente coloca este corazón vacío en las olas. Esto, y más, lo deseo." (Let Me In – EXO)

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Temblé un poco, sintiendo cosquillas en mi brazo. Abrí los ojos, algo confundido al recién despertar y que los rayos del sol entraran por las persianas en las ventanas, pero todo vino a mi mente cuando vi la cabellera de Brooke desparramada en mi pecho y brazos.

La vi, sus labios levemente abiertos, respirando serenamente en sueños. Dormía boca abajo, sus pechos desnudos presionando en mi estómago mientras respiraba, y la silueta de su cara dibujada por la luz del sol de la mañana y las sombras de la habitación.

La miré por unos segundos, estudiando lo tranquila que se veía al dormir. No recordaba sus penas ni inseguridades, Brooklyn sólo estaba en paz. De verdad mataría por que siempre estuviese así: conmigo, alejados del mundo, ajena a todo en nuestras vidas y uno en brazos del otro.

Con mi dedo tomé parte de su cabello, apartándolo de sus hombros. La piel de su espalda se sentía suave a mi tacto, intenté que mis caricias fueran fantasmales. No quería que despertara, aunque de seguro teníamos que prepararnos para empacar todo antes de salir a turistear por hoy en Singapur, e irnos mañana por la mañana.

Entonces se movió en mi pecho, intentando estirarse hasta que me sintió debajo de ella. Me miró con ojos entrecerrados por el sueño, la mejilla hinchada levemente por la presión contra mi piel toda la noche. Pero no lo querría de otra manera, jamás.

—Buenos días—dije con voz ronca. Con la mano le quité el cabello, de la cara, la vi espabilar frente a mi mirada atenta y darse cuenta de que tuvimos sexo anoche.

—Buenos días—tragó saliva, viéndome algo sorprendida.

—¿Te duele algo?—susurré.

Pareció pensarlo por unos segundos, intentando escuchar su propio cuerpo. Presioné sus labios contra mi pulgar, deseando besarla otra vez.

—No, creo... que estoy bien—se sentó a horcajadas sobre mí, tomé sus caderas en mis manos, mirándola a los ojos y bajando la mirada a sus pechos y curvas, admirándola.

—Si te duele algo, por favor dímelo—le pedí, preocupado—. No sé si fui muy rudo contigo anoche y...

—No lo fuiste, se sintió bien—sus mejillas se encendieron, sonrió levemente para sí misma—. De verdad me sentí bien anoche. ¿Y tú?—su ceño se frunció, algo avergonzada de preguntarme eso. Sonreí.

—Brooke, hacerte el amor es la mejor jodida cosa que me ha pasado en la vida además de que Berry sea mi mascota—comenzó a reír en voz baja, sus ojos se achinaron con la carcajada. Me mordí el labio inferior levemente, queriendo guardar el sonido de su risa en mi memoria por siempre.

—Me siento bien, y tú también. Estamos bien—asintió—. Estaremos bien.

Abrí mi mano y con la palma sobre su estómago, subí lentamente, tocándola. La respiración se le atascó en el pecho, lo noté, y exhaló cuando rocé su cuello con mi mano abierta sólo para seguir y acunar su cara en mi palma. Cerró los ojos, recostándose en mí, con los labios entreabiertos.

Besó mi mano, acariciando su rostro en mí con suavidad.

—Te amo—le dije.

Respiró relajadamente, abrió los ojos y me miró.