𝗟𝗢𝗩𝗘 & 𝗪𝗔𝗥 ♥︎
Gun accidentalmente recoge y ayuda a una joven huérfana de la calle sin hogar llamada Jeon Airi para poder entrenarla.
Quien diría que eso traería muchas consecuencias.
Advertencia: Se tocan temas muy delicados, leer bajo su pro...
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Para Jeon Airi, Park Jonggun era su salvador.
Él se había encargado de salvarla de aquel infierno. A pesar de su apariencia intimidante, Gun había hecho una buena acción, y eso la hizo entender que no debía juzgar a los demás por sus apariencias, ya que en cualquier momento eso la iba a sorprender.
Airi se observó al espejo. Sus ojos apagados ahora tenían un leve brillo en ellos y se veían más hermosos de lo normal, cosa que la hizo feliz. Su cabello estaba bien cuidado, aunque eso era así desde que conoció a Ethan, pero ahora se sentía mejor al saber la razón por la que su cabello estaba así.
Era porque había sido salvada.
Y ni hablar de su cuerpo, el cual ahora se veía más saludable y no extremadamente delgado. Ethan la había estado alimentando bien, diciendo que entonces los clientes "tendrían donde agarrar", pero Gun le dijo que simplemente tenía que alimentarse bien para poder tener buenas defensas.
Eso la hizo aún más feliz.
Gun no era como Ethan. Gun era su salvador.
—¿Estás lista, mocosa?—él apareció detrás de ella, se dio cuenta por su voz y por su reflejo en el espejo.
—No me ganas por mucho en la edad—respondió Airi en voz baja—Así que no soy una mocosa, y si es que lo soy, tú eres un mocoso.
Gun alzó una ceja al oír eso, pero luego, una sonrisa divertida apareció en sus labios.
—Parece que ya tomaste confianza como para responder así.
Airi dejó de mirarlo por el espejo para voltear hacia él. Entonces, Gun la observó con detalle. Ella vestía un lindo kimono color celeste con blanco, tenía unos dibujos de flores de los mismos colores y una cinta color azul que envolvía su cintura. Su cabello estaba amarrado en un moño alto y siendo sujeto por unas cosas que parecían para el pelo. Parecían, porque en realidad eran unas pinzas de punta filuda para atacar a alguien, Gun se las había dado por si pasaba algo en algún momento, para poder defenderse.
A Airi le gustaron por la linda decoración que tenían. Eran de oro y tenían unas flores del mismo material.
—Gun, ¿estás bien?—le preguntó la chica con preocupación al ver su mirada tan perdida.
El mencionado reaccionó por esas palabras y se dio la vuelta.
—Ya es hora de irnos.
Y así fue como una nueva etapa en la vida de Jeon Airi comenzó, y nadie, ni siquiera Ethan, podía arruinar eso.
