capitulo 2

179 42 4
                                    

El conejito triste será la nueva esposa

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

El conejito triste será la nueva esposa.....

Yibo camino hacia la mansión del líder de los leopardos, junto a él su hermano Haoxuan y seis escoltas de las más poderosas familias que conformaban su territorio, los leones solían ser muy agresivos, letales e irreverentes pero tenían unas reglas de mando muy estrictas que inculcaban a todos sus miembros desde su nacimiento.

En la parte alta del pedestal estaba el lider, su pareja e hijos, nadie estaba por encima de ellos nada ni siquiera la justicia, después seguían los hermanos, primos y tíos del líder solían ser los segundos al mando, solo que en este caso los Wang solo se habían reducido a Yibo y a Haoxuan el hermano menor, después de el seguían los líderes de cada familia secundaria sus hijos y parejas.

Los subordinados eran el cuarto eslabón y el último pero no menos importante los que trabajaban en los comercios, empresas y servicios dentro del territorio, así que como se supone que iban con la intensión de arrazar con los traidores leopardos Yibo llevaba con sigo a los mejores hombres de su colonia, después de atravesar medio territorio por fin llegaron al centro de este, ahí los hombres de Wen Rouhan le exigieron al león que dejara a la mitad de los hombres que llevaba para que pudiera ingresar al interior de la mansión.

Se ve que no hay respeto para los invitados en este clan, fue tu jefe quien me pidió misericordia y así me pagan por darla, ofendiendo a mis hombres, gritaba Yibo en la entrada de la casa para que el Wen diera la cara por esta afrenta, señor créame es por su propia seguridad, el chico ya ha matado a varios guardias por acercarse demasiado lo cuál no es nada fácil de evitar pues... vamos Wang no hay ninguna trampa aquí dentro, solo tratamos de que tus hombres no se vayan en bolsas de plástico, interrumpió el Wen saliendo a la puerta.

Al ver que sus hombres no se habían explicado con coherencia, anda hombre de verdad no sabía que mi estúpido hijo ya iba con premio cuando te lo mande, pero no te preocupes ya están sacando esa basura de su cuerpo y moliendo a palos al pendejo que se lo cojio de hecho si lo quieres como concubina te los mando una ves que se recupere de la intervención, dijo el hombre mayor como si hablara del horrible clima que había esa noche.

Estoy arto de esta mierda quédense aquí, tu vienes conmigo, te quiero detras de mi y alerta no quiero quedarme solo con un territorio que manejar entendido, el Wang dejo a sus hombres en la puerta, solo ingreso a la mansión con su hermano casi pegado a su espalda, bajaron al sótano donde se empezaba a sentir un olor pestilente, como si los muertos de mil años en el infierno estubieran encerrados ahí.

Pero lo que lo saco de todo entendimiento, fue ver como esos malditos leopardos tenían acorralado a un pobre chico de piel blanca, ojos llorosos color avellana tan claros, como el agua de un manantial, unas piernas deliciosas que se escogían sobre su cuerpo, para no ser mordidas por esos pulgosos mininos sobredesarrollados, sus labios rojizos se movían con violencia y esos dientitos blancos que sobresalían de sus labios tan tierno.

Era un conejitoooo que diablos tienes estos gatos en su podrida cabeza, como es que ocho bestias tenían en esa deplorable situación a ese pequeño, delicado y tierno joven, DEJENLOOOO APARTENSE DE EL, grito Yibo haciendo que uno de los leopardos se pusiera nervioso, resbaló con su propia cola, callando de bruces sobre el conejo.

El conejo aprovecho que le callo el gato encima, para empezar a destrozarlo con sus afilados dientes y uñas sobresalientes, Yibo se quedó en shock al ver como el delicado roedor descuartizaba al leopardo, sin que los demás pudieran hacer algo para evitarlo, pues cada que uno de los gatos trataba de ayudar, el conejo tiraba mordiscos, zarpazos y gruñidos, que advertía muerte a quien se metiera en su tarea de desquitar su rabia.

Este debía ser el paraíso, un ser tan hermoso, tan delicado...... TAN FÉRTIL, interrumpió Hao el diálogo no dicho se Yibo, que dijisteee hermano pregunto el león mayor al otro que solo se le encendieron como llamas incandescentes, al confirmar lo que había estado pensando, ahora solo faltaba ver si el lindo roedor quería ser su pareja por que obviamente este híbrido era in diamante en bruto.

Uno de esos seres excepcionales que solo aceptarían a alguien igual de excepcional que el, como su pareja, bueno tendría que presentarse ante el para ver aue impresión causaba al otro, invocando su forma animal para que el conejo supiera que hay un macho dispuesto a convertirse en su pareja, a mimarlo como su nuevo dueño y llenarlo de sus cachorros para hacer una linda familia.

Al momento que el conejo salvaje olió la escencia de el león Wang, dejo lo que tenía en las garras, algo confundido invoco su forma animal demostrando que el también era tan blanco como su contratarte, los leopardos aprovecharon para huir de la jaula,  Rouhan sacó al menor de los Wang de ahí, al parecer esos dos animales blancos se estaban reconociendo mutuamente, el aroma a necesidad estaba inundando el espacio.

Para los espectadores estar oliendo el aroma a apareamiento que dos híbridos desprendían para llamar el uno al otro no era una aroma agradable más cuando este aroma era denso, potente y excluyente, pues sus narices , pelos y extremidades estaban cumbulsionando de manera desagradable, mientras león y conejo estaban en su burbuja de emparejamiento,  Hao dio ordenes a los hombres de volver a la casa para que prepararán la habitación de su hermano que metieran todo lo que pudieran necesitar para unos días de intenso calor sexual.

Te he esperado tanto, decía Yibo que su conejo por medio de su recién adquirido vinculo mental, también yoooo he tenido que defender mi honra durante tanto tiempo, pues aquí solo quiero a mi macho inmaculado, refutaba Zhan restreegando su cabeza peluda en la panza del león,  Yibo de immediato tomó al conejo del cuero del lomo lo cargo como una madre carga a su cría, debía salir de ahí, llegar a su casa y consumar su unión para que todo aquel que tubiera la osadía de desear a su conejito supiera que para llegar a él primero debía morir en sus garras para después ser devorado por ese conejo rabioso.

Pequeño y RevoltosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora