Capítulo 11: El Enigma de la Resistencia

3 1 0
                                    

Lía corrió por los pasillos de la Torre, siguiendo los ecos del grito que aún resonaba en sus oídos. Al girar una esquina, encontró a un grupo de guardias rodeando a un hombre que yacía en el suelo, herido pero consciente. Ana y Marcos ya estaban allí, evaluando la situación.

—¿Qué pasó? —preguntó Lía, su voz tensa.

—Lo encontramos tratando de infiltrarse en los sistemas de seguridad de la Torre —dijo uno de los guardias. —Intentó escapar cuando lo descubrimos.

Lía miró al hombre herido, un joven con el rostro marcado por el miedo y la desesperación. Se arrodilló a su lado, intentando entender por qué alguien arriesgaría tanto para infiltrarse en la Torre justo después del ataque.

—¿Quién eres y qué estás haciendo aquí? —preguntó, su voz suave pero firme.

El joven la miró con ojos llenos de pánico y dolor, pero no dijo nada. Lía supo que necesitaba un enfoque diferente.

—No queremos hacerte daño —dijo, cambiando su tono a uno más comprensivo. —Pero necesitamos saber qué está pasando. Si hay algo que sabes, por favor, dínoslo.

El joven tragó saliva, luchando con sus palabras.

—Mi nombre es Jairo —dijo finalmente, con voz entrecortada. —Fui obligado a hacerlo. Ellos... ellos tienen a mi familia.

Lía sintió una oleada de empatía. Sabía lo que era perder a un ser querido, y la desesperación que eso podía causar.

—¿Quiénes son ellos? —preguntó Marcos, dando un paso adelante.

—No lo sé exactamente —respondió Jairo, su voz temblando. —Son un grupo de personas que parecen tener acceso a recursos y tecnología que ni siquiera el Consejo tenía. Me dijeron que si no hacía lo que pedían, nunca volvería a ver a mi familia.

Lía intercambió una mirada con Ana y Marcos. Esto confirmaba sus sospechas de que había una fuerza oculta detrás de los recientes ataques.

—¿Sabes dónde los están reteniendo? —preguntó Lía, su voz firme pero llena de compasión.

Jairo asintió débilmente.

—En un complejo industrial en las afueras de la ciudad. Es un lugar bien protegido. No sé más, solo sé que está vigilado constantemente.

Lía se levantó, su mente ya trazando un plan. Tenían que rescatar a la familia de Jairo y descubrir quién estaba detrás de estos ataques.

—Llévenlo a la enfermería y asegúrense de que reciba atención médica —dijo a los guardias. —Y que permanezca bajo custodia hasta que sepamos más.

Ana y Marcos se acercaron a ella, sus rostros reflejando la misma determinación que ella sentía.

—Tenemos que ir al complejo industrial —dijo Lía. —No solo para rescatar a la familia de Jairo, sino también para desmantelar cualquier operación que estos individuos estén llevando a cabo.

—Deberíamos reunir a un equipo —sugirió Ana. —No sabemos cuántos enemigos enfrentaremos ni cuán bien armados estarán.

Marcos asintió, ya empezando a organizar los preparativos.

Esa noche, Lía y su equipo salieron sigilosamente de la Torre y se dirigieron hacia las afueras de NeoLumen. La ciudad estaba sumida en una calma inquietante, las sombras de los edificios creando un paisaje de misterio y peligro.

El complejo industrial era una estructura enorme, sus muros altos y oscuros contrastaban con las luces parpadeantes de la ciudad en la distancia. Lía observó a través de unos binoculares, analizando las posiciones de los guardias y buscando una forma de entrar sin ser detectados.

—Hay guardias en todas las entradas principales —murmuró Marcos. —Pero hay una zona de carga en la parte trasera que parece menos vigilada.

Lía asintió, sabiendo que esa era su mejor opción.

—Nos dividiremos en dos equipos —dijo. —Ana, tú y tu grupo crearán una distracción en el frente. Marcos y yo entraremos por la zona de carga y buscaremos a la familia de Jairo.

Ana y Marcos asintieron, listos para la misión. Sabían que esto era arriesgado, pero también sabían que era necesario.

Con cuidado, se movieron a través de las sombras, acercándose al complejo. Ana y su equipo se colocaron en sus posiciones y, al señal de Lía, comenzaron la distracción. Explosiones de ruido y luz llenaron el aire, atrayendo la atención de los guardias hacia el frente.

Lía y Marcos aprovecharon la distracción y se deslizaron hacia la zona de carga. Entraron en silencio, sus pasos ligeros y cautelosos. Dentro, el complejo estaba lleno de maquinaria y equipo, un laberinto de corredores y habitaciones.

Avanzaron lentamente, sus ojos y oídos alertas a cualquier señal de peligro. Finalmente, llegaron a una puerta que estaba custodiada por dos guardias. Lía hizo una señal a Marcos, y en un movimiento rápido y coordinado, neutralizaron a los guardias y entraron.

En el interior, encontraron a la familia de Jairo, encadenada y asustada. Los liberaron rápidamente, y Lía se volvió hacia Marcos.

—Tenemos que salir de aquí antes de que se den cuenta de lo que está pasando —dijo.

Con la familia a salvo, se dirigieron de regreso a la salida. Pero mientras avanzaban, Lía no podía dejar de sentir que aún había algo más en juego, algo que aún no había descubierto. Sabía que este era solo el comienzo, y que la verdadera batalla por NeoLumen estaba lejos de terminar.

///Dystopian(Spanish)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora