3.- Discordia y cárcel.

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LIA

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LIA.

—Yo cenaba muy tranquilo, soy muy tranquilo, era otaku en la secundaria, ¿Entiendes el nivel de introversión que eso implica? —cuestiona Klein indignado. Willow asiente atenta a la historia—. Bueno, fuí a ver a mi amigo; que es chef a la cocina y el hombre se estaba quejando de la comida. Mi amigo me pidió que le alcanzara una sartén y se lo alcance, ¿Por qué? Porque soy un imbécil que no sabe decir que no. Así que el hombre hace cara de ¿Me están ignorando, malditos hijos su zorra madre? Entonces lo golpee con una sartén cuando se me aproximo, pero fue defensa propia. Claro, nadie me creyó porque dicen que tengo aspecto de ser problemático, pero, ¿Yo qué culpa tengo de que alguien se cruce en mi camino buscando problemas cuando sostengo una sartén? 

—¿Te busca la policía? —cuestiona Willow fundida completamente en las palabras del chico.

—No exactamente. Los presidiarios, ellos si me buscan —aclara Klein.

—¿Presidiarios? —duda Axel con clara expresión de susto. Cuando todos asentimos y Amanda lo llama abiertamente sordo, él traga en seco claramente intimidado por la historia del chico—. No debí venir —repite por milésima vez en la mañana.

Rain iba al volante tarareando "September", que sonaba en la radio del vehículo. Klein contaba su historia con nostalgia, Willow lo escuchaba impresionada. Amanda miraba sus uñas y les aplicaba esmalte color negro con concentración, Masson trataba de desplegar un mapa con dificultad. Y Axel, bueno, él respiraba con dificultad.

¿Y yo?

Yo movía mi cuerpo discretamente al ritmo de Earth, Wind and Fire.

Rain tenía mis gustos musicales, lo cual hacía este viaje más soportable.

—Luego saque mi arma —explica Klein sacando un pistola de su pantalón repentinamente y apuntando a Willow como demostración. Todos retrocedemos un poco al mirar su arma, hasta Amanda se hace a un lado con una expresión desinteresada, Willow por otro lado sigue atenta—. Y le dije: Hermano, no nos aloquemos. Piensa en tu familia—relata él guardando su arma de nuevo.

La música hace esto mucho más soportable, definitivamente.

—¿Están bien por aya? —cuestiona Rain al escuchar la respiración de Axel.

Qué por cierto, ahora mismo es muy pesada.

—¡Hay dos doctores y un hombre con un arma aquí! ¡Estaremos sanos y protegidos por un buen rato! —avisa Willow.

Amanda se encoge de hombros y vuelve a sus uñas. 

—¿Por qué esmalte negro? —le pregunto.

Ella al inicio ignora mi pregunta, pero alza la mirada y nota que la estoy mirando. Se remueve un poco, incómoda. Se señala a sí misma con expresión de duda, asiento. Sonríe amablemente, era la primera vez que la veía sonreír.

Mi Casa Eres Tú.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora