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Lo que Felix no sabía, era que cierto joven estuvo presenciando todo desde su lado de la habitación

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Lo que Felix no sabía, era que cierto joven estuvo presenciando todo desde su lado de la habitación. Pero era difícil notarlo gracias a su peculiar poder y cuando el chico decidió hablar, un escalofrío recorrió la espina dorsal del pecoso. Este se giró para justo detrás de él, ver a un chico dos centímetros más alto solamente y se sorprendió por lo lindo que éste era.

Su voz era bastante embriagadora, se podía jurar sentir como el canto de una sirena y ladeo la acababa a ese pensamiento, ya que juraba reconocerlo de alguna parte...

— H-Hola — dijo el de ojos azules.

— No puedo creer que enserio te tengan tanto miedo — habló tiernamente con un sonrisita.

Esas palabras resonaron en la cabeza del pelinegro mirando los hermosos y palidos ojos violetas del contrario. Su cabello era castaño abundante y algo ondulado, sus mejillas eran grandes, labios abultados y mirada muy embelezadora. Estaba vestido con un traje parecido al de él solo que este no tenía corset, en cambio el pantalón era más alto y de cuatro botones grandes.

Ya se quien eres...

— ¿Preguntaste algo antes? — dijo el pelinegro.

— Oh sí, ¿no les hace daño a las flores el fuego? — apuntó con la cabeza y el menor sonrió.

— Te mostraré algo —

Felix se giró y con un gesto rápido, esas flores pequeñas comenzaron a crecer, volviéndose unas hermosas rosas con pétalos entre blanco y negro. Se abrieron completamente y la pequeña llama quedó en el centro de ellas, esas flores las había creado el pecoso hacia muchos años.

— Son hermosas Angel — murmuró el chico y sus ojitos brillaron.

Angel...

Definitivamente ese joven no era normal y no le tenía miedo, de hecho, su aura irradiaba algo de entusiasmo y admiración que lo descolocaron. Pero ya el conocía a ese chico, no se sabía mucho de él, pero lo había visto en algún que otro pergamino investigando sobre su familia.

— ¿Como es que no me tienes el más mínimo miedo Peter? — preguntó él pecoso.

— Oh pues yo-... ¿sabes mi nombre? — el chico frunció el ceño sorprendido.

— Peter, Dios de la divinidad Acuática y Eólica, aunque no tengas seudónimo, ese es el que yo te puse, eres el hijo menor de Poseídon y Anfitrite — habló el de ojos azules haciendo una pequeña reverencia.

— O-Oye no tienes que hacer una reverencia — habló nervioso haciéndola también.

— Siempre me llamó la atención que nunca eligieras destacar por más que podias hacerlo — habló Felix curioso.

— A la gente en general, suele interesarle mucho más mi hermano mayor él es... —

— Christopher, Dios de la Tormenta y Catástrofes marítimas, famoso por destacar y ser el heredero al trono de Poseídon — dijo el pelinegro haciendo asentir con la cabeza gacha al contrario.

Olympus | Hyunlix Donde viven las historias. Descúbrelo ahora