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A la mañana siguiente me despertaron unos grandes golpes que provenían de la puerta, me levanté más por el sobresalto que por ya estar completamente despierta, aún sin abrir por completo los ojos me dirigí a la puerta y al abrirla entró John casi empujándome.

-¡¿dónde está?! –dijo mirando para todas partes.

-calma Lennon –dijo George que entró después de él.

-¿pero qué es lo que hacen aquí tan temprano? –pregunté mientras me trataba de acomodar el cabello.

-a Stuart se le ocurrió la brillante idea de decirle a John que las habíamos visto, aparte de que no nos dejo dormir nos hizo levantarnos muy temprano para venir a verlas, en especial a Joan –dijo George sentándose en un amplificador.

-pues ahí esta John, aún duerme –le dije mientras miraba a Joan cómo dormía tan profundamente, tenía miedo de que John la despertara y que notara la cruda de Joan.

-¡Joan, por fin te vuelvo a ver! -dijo John casi en forma de grito y acercándose a ella, la abrazó y poco a poco se despertó.

-¿Qué es lo que... ¡John! No puede ser, ¡estoy soñando! -dijo Joan levantándose por completo y abriendo mucho los ojos.

-no mi amor, no es un sueño, estoy aquí contigo –dijo John mirándola con mucho cariño, tanto que me daban ganas de agarrar a John y comérmelo a besos.

-John, te extrañé tanto –dijo Joan aferrándose a él, dejaron de decir palabras solo se abrazaban y se besaban, yo los miraba con una gran sonrisa, cuando recordé a George voltee a verlo y me miraba de una manera tan dulce que me intimidaba.

-¿y Stu? –le pregunté para romper con esa incomoda escena.

-ah él, pues dijo que más tarde vendría, pues John nos despertó muy temprano –dijo mientras cruzaba sus brazos, no sabía ni cómo decirle lo de la carta, él parecía muy tranquilo, creía él que jamás la recibí al ver que nos habíamos venido para acá.

-ah, muy bien –dije mirando a todas partes.

-oye Frida, ¿te molestaría salir conmigo a caminar y charlar? –me dijo levantándose y acercándose a mí.

-vamos, porque creo que aquí salimos sobrando –dije mirando a John y Joan que seguían abrazados.

-bueno, pues entonces... -dijo George mientras abría la puerta y hacía una seña para que pasara yo primero, tomé mi suéter, no era necesario vestirme, pues no usábamos pijama, solo la ropa que traíamos el día anterior. me miré en un pequeño espejo que teníamos colgado junto a la puerta, retiré un poco la pintura caída y salimos.

Comenzamos a caminar sin rumbo fijo y en completo silencio, en realidad no sabía ni cómo comenzar a charlar con él.

-hace frío –dijo él poniéndose sus manos en sus brazos y mirando el cielo.

-sí, un poco –le contesté sin dejar de verlo.

Oye Frida, ¿Cómo fue que te saliste de tu casa? –dijo intrigado.

-pues fue una decisión que me arrepiento de tomarla, pues eso no va conmigo –le dije cabizbaja.

-entonces... ¿volverás a Liverpool? –me miró de una manera tan triste que me hizo poner mi mano sobre su hombro.

-no George, a menos de que vengan por mí –le dije sin dejar de quitar mi mano y sin despegar mi mirada de la suya.

-¿pero tus padres saben en donde estas?

-por desgracia sí, cometí otra estupidez, llamarle a mi madre –dije mirando un grupo de chicos que se encontraban al final de la calle, casi afuera del Indra.

I Need You - George HarrisonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora