Capítulo 4

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No quiero — Jaekyung negó con la cabeza, evitando la cucharada de medicina que su hermana le ofrecía.

—Venga, Jaekyung, por favor, sabes que tienes que tomarla — la princesa insistía una vez más, en otro intento fallido por medicar a su hermanito.

El pequeño príncipe, de cinco años, estaba sentado en el borde de una de las camas del harén, apretando las sábanas con fuerza para evitar a toda costa a su hermana.

— Mira cómo Heesung se ha tomado toda sus vitaminas —habló una sirvienta que cargaba al hijo de la princesa.

— Ves, si tu sobrino lo ha hecho, tú también puedes — Ji-Woo le animaba.

— ¡Que no, eso sabe feo! — Jaekyung sacó la lengua en señal de asco.

Frustrada, su hermana se puso de pie. Cada día era más difícil convencer a Jaekyung de tomar sus medicinas, aunque debía hacerlo según los sabios médicos desde que nació. Pero convencerlo no era tarea sencilla, y a medida que crecía, se volvía más difícil de controlar.

— ¡Hyung! — de un salto, Jaekyung salió de la cama y corrió a abrazar a Kim Dan, quien apenas salía de sus clases.

—Hola, Su Alteza — Kim Dan le acarició el cabello — ¿Quieres comer pudín de cereza?

— ¡Hurra, sííí! — Los ojos del niño brillaban de felicidad al escuchar esas palabras.

— Por supuesto que no — pero la princesa puso fin a sus planes — Jaekyung no comerá pudín hasta que no haya tomado sus medicinas.

Un punto para la princesa. Aunque no le agradaba negarle su postre favorito, sabía que debía hacerlo para lograr su cometido.

— ¡No quiero! — Jaekyung volvió a negarse, escondiéndose tras Kim Dan — Hyung, por favor, dile a mi nuna que no quiero eso.

Kim Dan y la princesa se miraron, comunicándose sin necesidad de palabras. El castaño sabía muy bien que el príncipe necesitaba esas medicinas y, siendo un niño muy maduro para su edad, supo cómo abordarlo.

— Oh, Su Alteza, tengo una idea muy divertida.

Los ojitos de Jaekyung brillaron una vez más, juntando sus palmas para aplaudir emocionado.

— ¿Qué es, hyung?

—¿Sabes qué? Esta mañana escuché que el pavo real del zoológico ha tenido crías. Sería divertido ver a los polluelos y también podríamos comer pudín allí. ¿No crees?

— ¡Sííí, súper! ¡Vamos, hyung, ya quiero verlos! — le tomó de la mano con intenciones de arrastrarlo fuera. Sin embargo, su querido hyung no se movió un centímetro.

— Pero para ir a ver a los polluelos, debes tomar tus vitaminas, Su Alteza.

—¿Por qué? — frunció el ceño.

— Pues porque... ehm... la mamá pavo real sabe si los niños que están por allí han tomado sus vitaminas, y si nota que no lo han hecho, pues... no les deja ver a las crías — Kim Dan no se sentía orgulloso de haber inventado semejante historia, pero tampoco podía permitir que Su Alteza no se medicara correctamente.

— ¡Entonces, yo puedo ir! — anunció Heesung, acercándose a Dan — Yo sí me tomé todas las medicinas, ¿verdad, mamá?

— Sí, es verdad — la princesa sonrió —. Y si mi lindo hermanito se las toma, también podrá visitar el zoológico del palacio.

¿Destino O Desgracia?/ Jinx Fanfic Donde viven las historias. Descúbrelo ahora