¿Destino O Desgracia?/ Jinx Fanfic

Capítulo 5

ADVERTENCIA ⚠️

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Podía ver los labios de Heesung moverse, intentando formular alguna palabra, pero el sonido no llegaba a sus oídos.

Sintió como si estuviera sumergido en un pozo profundo, donde la presión no le permitía entender su entorno, donde se hundía sin encontrar el fondo.

—¿C-cómo es posible? —apenas balbuceó, incapaz de aceptar lo que había ocurrido.

—Oye, Kim Dan, en serio lo siento, supongo que debí explicarte mejor —Heesung dejó caer su mano en el hombro de Kim Dan—. Jaekyung, él... ha cambiado mucho. No sé con exactitud cuándo ocurrió, pero realmente olvidó todo sobre su niñez.

Dan seguía sin reaccionar, como si de algún modo se hubiera congelado. Nunca antes había sido despreciado de tal modo, al menos no por una persona que amaba.

Entonces, ¿realmente se había vuelto su alteza una copia de su padre?

—¿Por qué, mi príncipe? —le miró con los ojos llenos de lágrimas—. ¿Cómo pudo simplemente olvidar? No éramos tan niños, ¿de qué modo... de qué forma pudo ocurrir algo así?

El alfa se encogió de hombros. Realmente no mentía. Desde que tenía uso de razón, su tío era así, le costaba recordar algunas cosas y solo se aferraba a las personas que eran cercanas para él.

—Sé que mi madre estará encantada de verte —esbozó una sonrisa tranquilizadora—. Ella sabe más que yo del tema, pero no creo que te logre decir mucho, normalmente no le gusta hablar de ello.

—Lamento tanto que no pudieses asistir al funeral de tu abuela —dijo la hermosa princesa. Los años no parecían pasar por ella, siempre serena a pesar de las circunstancias. Sus ojos grises, semejantes a los de su hermano, y su elegancia innata eran las cosas que, por unos instantes, le recordaron a Kim Dan que estaba en su hogar.

—Yo quisiera agradecerle a usted por tomarse tantas atenciones con mi abuela —sonrió con tristeza—. Sé que tuvo un buen descanso gracias a usted, su alteza.

—Es lo menos que podía hacer. Ella se convirtió en la mejor curandera que ha pisado este palacio, me temo que no habrá nadie igual —suspiró—. Pero cuéntame de ti, eres todo un hombre, y muy hermoso por cierto.

El joven sonrió, agradecido, e hizo una breve reverencia.

—Todo gracias a usted nuevamente, su alteza. Recibí los mejores cuidados y las mejores enseñanzas en el templo de la diosa Maa-Nugde. Siempre le estaré agradecido.

—No hay de qué. Sé muy bien que su excelencia Lee Dong-Ha te educó apropiadamente. Es por eso que quisiera pedir tu ayuda, Kim Dan.

—Por supuesto, princesa, ¿qué podría hacer por usted?

La elegante mujer se puso de pie, dejando que los vuelos de su vestido escarlata cayeran alrededor de su esbelta figura. Colocó la taza de té junto a la mesilla plateada y ordenó a todos los sirvientes que los dejaran a solas.

—Cuando pedí los servicios de su excelencia, lo hice por un motivo muy importante, Kim Dan —tomó asiento junto al castaño, su vista parecía perderse en las luces que entraban a través de las cortinas—. Sé muy bien que los mejores curanderos y sacerdotes nacen en el templo de la diosa, es por eso que necesito tu ayuda.

Dan asintió en silencio, aunque por alguna razón sentía el pesar en las palabras de la princesa.

—Se trata... se trata de mi hermano —ahora lo miraba con una expresión cargada de angustia y desesperación—. Todo se ha salido de control, Kim Dan. El niño que dejaste hace 20 años ya no es el mismo. Mi querido hermano se ha vuelto un lienzo en blanco en el que nuestro padre escribió una historia, solo que una horrible y siniestra.